
Es muy poca la televisión que veo. No es por una especie superioridad moral o intelectual, es sólo que la manera en que consumo contenidos audiovisuales ha cambiado para mí con la llegada de nuevas tecnologías y plataformas. Es por esto que sólo me entero de las desafortunadas salidas que se dan en los programas que conduce ”la nueva sangre del periodismo deportivo” a través de las redes sociales.
Sólo sintonizo la televisión para ver fútbol en vivo. Y uno de esos días en que veía un partido de Champions, me encontré cuando este terminó con “Simplemente Fútbol”, el programa que conduce desde 1992, Quique Wolf con maestría. Este episodio fue una delicia, porque, no sé por qué razón, mostró fragmentos entrevistas que se le realizaron en el programa a Menotti y a Alfio “El Coco” Basile. Fue tremendo. Wolf es un maestro entrevistando; las anécdotas y las risas no faltaron. El programa además combina magníficamente la música con el fútbol.
Pero fue efímero. Terminado el programa decidí darle la oportunidad a ESPN, a ver qué seguía, qué tal que siguiera algo de una calidad similar. Pero no fue así, el programa que apareció en pantalla fue uno que se denomina “Nexo”, conducido por Diego Camargo, humorista colombiano. De entrada, Camargo dijo que él no sabía de fútbol pero que para eso estaba el “experto” y procedió a presentar a sus contertulios; el primero, el “experto”: Gerardo Bedoya, seguido de tres bellas mujeres, que no había visto antes, una de ellas dijo de entrada que no entendía nada de lo que sucedía con el descenso en Colombia.
En la misma presentación de un programa deportivo, dos de sus integrantes afirmaron que no saben de fútbol y que eso se lo dejaban al experto. La curiosidad, casi morbosa, me ganó y continué viendo el programa, pese a la advertencia de que poco conocen del tema, que debería ser el central del programa.
A continuación presentaron al invitado del día: David Macalister Silva, volante de Millonarios. Pero como era de esperarse no hubo preguntas sobre el módulo táctico que viene usando el cuadro embajador o sobre lo que le ha aportado Russo al bogotano. No, las preguntas fueron sobre si tenía novia, que cuánto llevaban, que si él era detallista… No aguanté más y apagué el televisor, no sin antes pulsar el botón de información que trae el control de mi cable operador para ver cuál era la descripción de este decadente programa. “Nexo ESPN es un programa de risas, deportes y entretenimiento”.
Me quedé pensando sobre esa descripción, porque en los minutos que vi no hubo risas ni deporte, quizá hubo entretenimiento, si es entendido como farándula. También pensé en Bedoya y en su pobre tarea al frente de las inferiores de Santa Fe ¿Qué hace ahí? ¿Hace cuánto el equipo no saca un canterano bueno? ¿Qué lo hace un “experto” en fútbol? ¿Haber jugado profesionalmente? También me pregunté cómo alguien podía gustar de semejante formato tan pobre, tan superficial, disfrazado de “fresco”, luego recordé que si las salidas en falso de esta clase de programas se vuelven virales en redes es porque hay gente que los ve.
Afortunadamente aún quedan algunos espacios, cada vez menos, como “Simplemente Fútbol” en los que los que amamos el fútbol como arte podemos sentarnos y disfrutar del fútbol lejos de la banalidad, la chabacanería, el chisme y la polémica para llamar la atención. Pero el panorama es desolador, porque Wolf ya tiene más de cuatro inviernos, como dicen los españoles, al igual que los Peláez y los Macaya Márquez. Les pregunto: ¿Hay algún espacio liderado por jóvenes que valga la pena ver/escuchar hoy en día?
Sólo sintonizo la televisión para ver fútbol en vivo. Y uno de esos días en que veía un partido de Champions, me encontré cuando este terminó con “Simplemente Fútbol”, el programa que conduce desde 1992, Quique Wolf con maestría. Este episodio fue una delicia, porque, no sé por qué razón, mostró fragmentos entrevistas que se le realizaron en el programa a Menotti y a Alfio “El Coco” Basile. Fue tremendo. Wolf es un maestro entrevistando; las anécdotas y las risas no faltaron. El programa además combina magníficamente la música con el fútbol.
Pero fue efímero. Terminado el programa decidí darle la oportunidad a ESPN, a ver qué seguía, qué tal que siguiera algo de una calidad similar. Pero no fue así, el programa que apareció en pantalla fue uno que se denomina “Nexo”, conducido por Diego Camargo, humorista colombiano. De entrada, Camargo dijo que él no sabía de fútbol pero que para eso estaba el “experto” y procedió a presentar a sus contertulios; el primero, el “experto”: Gerardo Bedoya, seguido de tres bellas mujeres, que no había visto antes, una de ellas dijo de entrada que no entendía nada de lo que sucedía con el descenso en Colombia.
En la misma presentación de un programa deportivo, dos de sus integrantes afirmaron que no saben de fútbol y que eso se lo dejaban al experto. La curiosidad, casi morbosa, me ganó y continué viendo el programa, pese a la advertencia de que poco conocen del tema, que debería ser el central del programa.
A continuación presentaron al invitado del día: David Macalister Silva, volante de Millonarios. Pero como era de esperarse no hubo preguntas sobre el módulo táctico que viene usando el cuadro embajador o sobre lo que le ha aportado Russo al bogotano. No, las preguntas fueron sobre si tenía novia, que cuánto llevaban, que si él era detallista… No aguanté más y apagué el televisor, no sin antes pulsar el botón de información que trae el control de mi cable operador para ver cuál era la descripción de este decadente programa. “Nexo ESPN es un programa de risas, deportes y entretenimiento”.
Me quedé pensando sobre esa descripción, porque en los minutos que vi no hubo risas ni deporte, quizá hubo entretenimiento, si es entendido como farándula. También pensé en Bedoya y en su pobre tarea al frente de las inferiores de Santa Fe ¿Qué hace ahí? ¿Hace cuánto el equipo no saca un canterano bueno? ¿Qué lo hace un “experto” en fútbol? ¿Haber jugado profesionalmente? También me pregunté cómo alguien podía gustar de semejante formato tan pobre, tan superficial, disfrazado de “fresco”, luego recordé que si las salidas en falso de esta clase de programas se vuelven virales en redes es porque hay gente que los ve.
Afortunadamente aún quedan algunos espacios, cada vez menos, como “Simplemente Fútbol” en los que los que amamos el fútbol como arte podemos sentarnos y disfrutar del fútbol lejos de la banalidad, la chabacanería, el chisme y la polémica para llamar la atención. Pero el panorama es desolador, porque Wolf ya tiene más de cuatro inviernos, como dicen los españoles, al igual que los Peláez y los Macaya Márquez. Les pregunto: ¿Hay algún espacio liderado por jóvenes que valga la pena ver/escuchar hoy en día?