
Mucho se discute en España cual era el equipo de los amores de Francisco Franco. Desde Barcelona siempre se ha afirmado que el dictador era madridista y que no es coincidencia que los merengues hayan pasado de ser un equipo poco ganador al rey indiscutible de Europa mientras que Franco estuvo en el poder; en Madrid contestan que los números son inobjetables y que durante los años más duros del régimen, el Barcelona obtuvo más títulos que cualquier otro equipo español.
No faltará quien diga que los amores del general iban hacia el Atlético Aviación (como se llamaba el Atleti de Madrid por entonces) por sus vínculos con el ejército. Lo cierto es, que como muchos otros dictadores, Franco, usó el fútbol como un estamento de propaganda.
La primera intervención del régimen franquista, después de intervenir la Federación Española de Fútbol, en el balompié fue la de eliminar cualquier rastro de identidad lingüística que no correspondiera al español, lo que se denominaría como “la españolización del fútbol”.
De esa manera clubes como el Real Madrid F.C. pasaron a Real Madrid C.F., el F.C. Barcelona a C.F. Barcelona, el Valencia F.C. a Valencia C.F., el Athletic Club a Atlético de Bilbao, el Athletic-Aviación Club a Club Atlético-Aviación, el Real Sporting de Gijón que quedó en Real Gijón y el Real Santander Racing Club que lo hizo como Real Santander S.D.
A muchos les sorprenderá saber que el régimen fue vital en la contratación de Kubala, considerado uno de los mejores jugadores de la historia del Barcelona. Y es que Franco vio la oportunidad de traer a una figura del fútbol mundial y presentarlo como un fugitivo del comunismo de su natal Hungría; eso lo repetiría con entrenadores y jugadores (de diversos deportes) provenientes de la Cortina de Hierro.
Era un asunto de interés nacional en el que el Barcelona salió beneficiado. Era tan importante para el Caudillo el fichaje de Kubala, que incluso se filmó una película titulada <Kubala: “Los ases buscan la paz">, en la que el húngaro relata su huida de la llegada del comunismo soviético.
Para el Generalísimo era un asunto prioritario construir un estadio nacional de fútbol, como consta en varios documentos de la época, sin embargo la obra nunca se llevó a cabo. Muchos años después documentos han demostrado que parte de la financiación del Santiago Bernabéu se hizo con fondos públicos.
Ha sido bien conocida la cercana relación de don Santiago Bernabéu, y en especial de Raimundo Saporta, directivo madridista y el Generalísimo. Hoy se dice, con algo de ironía, que el franquismo sólo dejó dos obras para España: Valle de los Caídos (donde está enterrado Franco) y el Estadio Santiago Bernabéu.
Alfredo Di Stéfano fue el hombre que cambió la historia del Real Madrid. Antes de la Saeta Rubia el conjunto merengue sólo había conquistado 2 ligas de las 21 que se habían disputado. La contratación del ex Millonarios da para un post completo, por la lucha que sostuvieron Real Madrid y Barcelona por tener al argentino en sus filas. Pero se asegura que la injerencia del franquismo fue vital para que finalmente se quedara en el club de la capital española; un documento desclasificado, por ejemplo, impone censura a los medios de la época sobre el polémico fichaje de Di Stéfano hasta cuanto no se solucionara el litigio que, aparte de los dos gigantes de España, involucraba a Millonarios y River Plate.
Así, de la mano de don Alfredo, el Real Madrid se convirtió en el embajador del franquismo por el mundo. Sus cinco triunfos en Europa le sirvieron a Franco de propagando para el régimen. El Madrid comenzó a traer extranjeros que eran nacionalizados en tiempo récord. No había quien pudiera parar a esa máquina llamada Real Madrid.
Pero el plan del franquismo de usar el fútbol como instrumento propagandístico tuvo su cumbre en 1964. El gol de Marcelino sobre el final que consagraba a España campeón de Europa llenó de alegría a Franco. Después de todo no se podía ni pensar en perder en el mismísimo Santiago Bernabéu frente a la Unión Soviética, no era el rival, era el enemigo. Se dice que Franco pensó en envenenar a los jugadores soviéticos, pero las consecuencias diplomáticas lo detuvieron.
No faltará quien diga que los amores del general iban hacia el Atlético Aviación (como se llamaba el Atleti de Madrid por entonces) por sus vínculos con el ejército. Lo cierto es, que como muchos otros dictadores, Franco, usó el fútbol como un estamento de propaganda.
La primera intervención del régimen franquista, después de intervenir la Federación Española de Fútbol, en el balompié fue la de eliminar cualquier rastro de identidad lingüística que no correspondiera al español, lo que se denominaría como “la españolización del fútbol”.
De esa manera clubes como el Real Madrid F.C. pasaron a Real Madrid C.F., el F.C. Barcelona a C.F. Barcelona, el Valencia F.C. a Valencia C.F., el Athletic Club a Atlético de Bilbao, el Athletic-Aviación Club a Club Atlético-Aviación, el Real Sporting de Gijón que quedó en Real Gijón y el Real Santander Racing Club que lo hizo como Real Santander S.D.
A muchos les sorprenderá saber que el régimen fue vital en la contratación de Kubala, considerado uno de los mejores jugadores de la historia del Barcelona. Y es que Franco vio la oportunidad de traer a una figura del fútbol mundial y presentarlo como un fugitivo del comunismo de su natal Hungría; eso lo repetiría con entrenadores y jugadores (de diversos deportes) provenientes de la Cortina de Hierro.
Era un asunto de interés nacional en el que el Barcelona salió beneficiado. Era tan importante para el Caudillo el fichaje de Kubala, que incluso se filmó una película titulada <Kubala: “Los ases buscan la paz">, en la que el húngaro relata su huida de la llegada del comunismo soviético.
Para el Generalísimo era un asunto prioritario construir un estadio nacional de fútbol, como consta en varios documentos de la época, sin embargo la obra nunca se llevó a cabo. Muchos años después documentos han demostrado que parte de la financiación del Santiago Bernabéu se hizo con fondos públicos.
Ha sido bien conocida la cercana relación de don Santiago Bernabéu, y en especial de Raimundo Saporta, directivo madridista y el Generalísimo. Hoy se dice, con algo de ironía, que el franquismo sólo dejó dos obras para España: Valle de los Caídos (donde está enterrado Franco) y el Estadio Santiago Bernabéu.
Alfredo Di Stéfano fue el hombre que cambió la historia del Real Madrid. Antes de la Saeta Rubia el conjunto merengue sólo había conquistado 2 ligas de las 21 que se habían disputado. La contratación del ex Millonarios da para un post completo, por la lucha que sostuvieron Real Madrid y Barcelona por tener al argentino en sus filas. Pero se asegura que la injerencia del franquismo fue vital para que finalmente se quedara en el club de la capital española; un documento desclasificado, por ejemplo, impone censura a los medios de la época sobre el polémico fichaje de Di Stéfano hasta cuanto no se solucionara el litigio que, aparte de los dos gigantes de España, involucraba a Millonarios y River Plate.
Así, de la mano de don Alfredo, el Real Madrid se convirtió en el embajador del franquismo por el mundo. Sus cinco triunfos en Europa le sirvieron a Franco de propagando para el régimen. El Madrid comenzó a traer extranjeros que eran nacionalizados en tiempo récord. No había quien pudiera parar a esa máquina llamada Real Madrid.
Pero el plan del franquismo de usar el fútbol como instrumento propagandístico tuvo su cumbre en 1964. El gol de Marcelino sobre el final que consagraba a España campeón de Europa llenó de alegría a Franco. Después de todo no se podía ni pensar en perder en el mismísimo Santiago Bernabéu frente a la Unión Soviética, no era el rival, era el enemigo. Se dice que Franco pensó en envenenar a los jugadores soviéticos, pero las consecuencias diplomáticas lo detuvieron.