
Bautizado así por la prensa española, corresponde a un acrobático gesto del holandés durante un partido de liga contra el Atlético de Madrid el 22 de diciembre de 1973.
Es uno de sus goles esenciales que cualquier seguidor tiene que tener referenciado.
En retrospectiva probablemente haya hecho mejores goles, desplegando magia a la hora de driblar, pero por alguna razón este gol es especial y guarda un lugar especial en la historia del holandés.
Al respecto, Eusebio Vilaro, defensa del Atletico y testigo del gol dijo que: "La pelota parecía que salia...cuando de repente Cruyff se lanza por los aires. Es casi un gol de artes marciales; hay que darse cuenta que cuando salta su pierna se encuentra a la altura del travesaño. Todos dejamos de jugar porque dimos ese balón por perdido...todos menos él."
Es uno de sus goles esenciales que cualquier seguidor tiene que tener referenciado.
En retrospectiva probablemente haya hecho mejores goles, desplegando magia a la hora de driblar, pero por alguna razón este gol es especial y guarda un lugar especial en la historia del holandés.
Al respecto, Eusebio Vilaro, defensa del Atletico y testigo del gol dijo que: "La pelota parecía que salia...cuando de repente Cruyff se lanza por los aires. Es casi un gol de artes marciales; hay que darse cuenta que cuando salta su pierna se encuentra a la altura del travesaño. Todos dejamos de jugar porque dimos ese balón por perdido...todos menos él."