
El 5 de diciembre de 1921, la Asociación de Fútbol (F.A) de Inglaterra declaró a la mujer “no apta” para jugarlo, instando a los clubes a que no les prestaran más sus terrenos de juego para los partidos que adelantaban con fines de caridad.
Lo irónico, es que en aquel entonces las mujeres llenaban estadios y el fútbol femenino atravesaba su época dorada. La foto central no es retocada: un partido en Londres en 1914 donde se congregaron cerca de 19’000 amantes del fútbol a ver jugar a mujeres.
¿Cómo entender esta decisión?
Cuando empieza la Primera Guerra Mundial, la mujer con brío y determinación asume el liderazgo en todas las facetas en un contexto de movilización general de los hombres al frente de batalla. Las fábricas, los oficios postales, los almacenes vieron la llegada de mujeres ávidas de demostrar su valía en este contexto bélico.
Los terrenos de juego no fueron la excepción. Entre 1914 y 1918 las mujeres conformaron sendos equipos de fútbol que hicieron las delicias de miles de aficionados. Sus partidos eran fiestas que llenaban estadios con una vocación particular: la caridad. Las mujeres futbolistas tenían un compromiso social, y jugaban para generar fondos en beneficio de soldados heridos o causas conexas en tiempos de guerra.
Cuando la guerra concluyó en 1918… el hombre volvió al hogar. El tema este del fútbol femenino ya no era tan, pues, tan… chévere para el macho alfa. Piense por un momento: usted vuelve a su país y resulta que cuatro años después las mujeres están llenando estadios.
Ellas, siguieron jugando. El equipo más famoso se llamaba el “Dick Kerr Ladies” y su máxima estrella era Lily Parr, virtuosa delantera. Las “Damas de Dick Kerr” en 1920 tenían visibilidad continental y se paseaban por Europa promoviendo el fútbol femenino jugando con cuanto encontrarán.
En 1921 estalla una protesta de mineros en el Reino Unido. Las “Damas de Dick Kerr” se movilizaron favor de la causa minera y esto en últimas fue la gota que rebasó la copa. Había que hacer algo para apaciguar ese fútbol femenino osado, comprometido y con consciencia social.
El enfoque fue paternalista: tratar a las mujeres como infantes, cuando años atrás habían demostrado su valía durante la guerra. Se argumentó que el fútbol era “peligroso” e “inadecuado” para ellas y que la la vocación caritativa de sus partidos era dudosa...
Haga usted el cálculo. Tuvieron que pasar 50 años para que salir de la oscuridad. En 1971 se creó la WFA, Asociación Femenina de Fútbol… pero el daño estaba hecho. Medio siglo de atraso en la cuna del fútbol.
Recuerde siempre esa época dorada del fútbol femenino, cuando la mujer se puso la “10” en todo sentido.
Lo irónico, es que en aquel entonces las mujeres llenaban estadios y el fútbol femenino atravesaba su época dorada. La foto central no es retocada: un partido en Londres en 1914 donde se congregaron cerca de 19’000 amantes del fútbol a ver jugar a mujeres.
¿Cómo entender esta decisión?
Cuando empieza la Primera Guerra Mundial, la mujer con brío y determinación asume el liderazgo en todas las facetas en un contexto de movilización general de los hombres al frente de batalla. Las fábricas, los oficios postales, los almacenes vieron la llegada de mujeres ávidas de demostrar su valía en este contexto bélico.
Los terrenos de juego no fueron la excepción. Entre 1914 y 1918 las mujeres conformaron sendos equipos de fútbol que hicieron las delicias de miles de aficionados. Sus partidos eran fiestas que llenaban estadios con una vocación particular: la caridad. Las mujeres futbolistas tenían un compromiso social, y jugaban para generar fondos en beneficio de soldados heridos o causas conexas en tiempos de guerra.
Cuando la guerra concluyó en 1918… el hombre volvió al hogar. El tema este del fútbol femenino ya no era tan, pues, tan… chévere para el macho alfa. Piense por un momento: usted vuelve a su país y resulta que cuatro años después las mujeres están llenando estadios.
Ellas, siguieron jugando. El equipo más famoso se llamaba el “Dick Kerr Ladies” y su máxima estrella era Lily Parr, virtuosa delantera. Las “Damas de Dick Kerr” en 1920 tenían visibilidad continental y se paseaban por Europa promoviendo el fútbol femenino jugando con cuanto encontrarán.
En 1921 estalla una protesta de mineros en el Reino Unido. Las “Damas de Dick Kerr” se movilizaron favor de la causa minera y esto en últimas fue la gota que rebasó la copa. Había que hacer algo para apaciguar ese fútbol femenino osado, comprometido y con consciencia social.
El enfoque fue paternalista: tratar a las mujeres como infantes, cuando años atrás habían demostrado su valía durante la guerra. Se argumentó que el fútbol era “peligroso” e “inadecuado” para ellas y que la la vocación caritativa de sus partidos era dudosa...
Haga usted el cálculo. Tuvieron que pasar 50 años para que salir de la oscuridad. En 1971 se creó la WFA, Asociación Femenina de Fútbol… pero el daño estaba hecho. Medio siglo de atraso en la cuna del fútbol.
Recuerde siempre esa época dorada del fútbol femenino, cuando la mujer se puso la “10” en todo sentido.