
Imagínese vivir en un país en donde la máxima autoridad política se refiere a los inmigrantes como “veneno” que “nadie quiere”. Ahora, piense que usted (si, usted) es uno de ellos. Por escapar la miseria, la violencia o el genocidio, la vida lo tiene en Budapest, Hungría, uno de los fortines de la extrema derecha en Europa.
Usted es un niño o un joven africano, gitano o que sencillamente no se adapta al molde conservador cristiano. Los clubes de fútbol húngaros le cierran la puerta; no quieren saber nada de negros musulmanes. Qué vergüenza ser un club que le extiende la mano a los africanos; a los inmigrantes; ese “veneno”, como les dice el Primer Ministro Viktor Orban.
Porque el fútbol es rebeldía, ellos, los inmigrantes decidieron crear su propio equipo. Sí, claro que sí: vamos a defender nuestra dignidad en el campo de juego. Fundado en 2006, en un principio se llamó “Afrique Inter FC”, reflejando ese lazo inquebrantable de la comunidad africana con su continente de origen. En 2008 cambia de nombre; simplemente…Inter CDF (Internationale Club de Football Sport Egyesület) abriéndole la puerta a los inmigrantes de todo el mundo y a los húngaros que quieran unirse.
En un contexto de intolerancia y racismo, el Inter F.C se jugaba su dignidad en cada partido. ¿Gritos de monos? Pues nada, si los goleamos en el campo quizás nos respeten. Fueron ascendiendo peldaños hasta llegar a la cuarta división húngara en 2014.
No ha sido fácil… ¿Se acuerda de Viktor Orban, Primer Ministro Húngaro? Póngase en el lugar de él. Un equipo de inmigrantes viene escalando la pirámide del fútbol de Hungría dignificando la condición de los refugiados, inmigrantes, musulmanes; goleando a equipos patrocinados por el Estado; callando arengas y gritos racistas, a su vez educando contra el racismo.
¿Difícil de tolerar, no? Orban, fanático de fútbol y amigo íntimo de la Federación Húngara de Fútbol ha presionado para que se aplique de manera draconiana hasta la clausula más inocua del reglamento para conspirar contra el Inter CDF. En 2015, sufrieron una sanción de 17 puntos por no “alinear suficientes juveniles en los partidos de las ligas sub19…” Les clavaron otros 5 puntos por presuntas irregularidades jamás probadas en cuanto al certificado de nacimiento de un jugador. Esta puñalada de 22 puntos de sanción los relegó de nuevo a la quinta división.
Imagínese vivir en un país en donde su líder político anuncia que mandará construir cercas de puyas para impedir la llegada de refugiados.
Piense lo trascendental que resulta en ese contexto cada partido del Inter… del Internationale Club de Football Sport Egyesület.
Usted es un niño o un joven africano, gitano o que sencillamente no se adapta al molde conservador cristiano. Los clubes de fútbol húngaros le cierran la puerta; no quieren saber nada de negros musulmanes. Qué vergüenza ser un club que le extiende la mano a los africanos; a los inmigrantes; ese “veneno”, como les dice el Primer Ministro Viktor Orban.
Porque el fútbol es rebeldía, ellos, los inmigrantes decidieron crear su propio equipo. Sí, claro que sí: vamos a defender nuestra dignidad en el campo de juego. Fundado en 2006, en un principio se llamó “Afrique Inter FC”, reflejando ese lazo inquebrantable de la comunidad africana con su continente de origen. En 2008 cambia de nombre; simplemente…Inter CDF (Internationale Club de Football Sport Egyesület) abriéndole la puerta a los inmigrantes de todo el mundo y a los húngaros que quieran unirse.
En un contexto de intolerancia y racismo, el Inter F.C se jugaba su dignidad en cada partido. ¿Gritos de monos? Pues nada, si los goleamos en el campo quizás nos respeten. Fueron ascendiendo peldaños hasta llegar a la cuarta división húngara en 2014.
No ha sido fácil… ¿Se acuerda de Viktor Orban, Primer Ministro Húngaro? Póngase en el lugar de él. Un equipo de inmigrantes viene escalando la pirámide del fútbol de Hungría dignificando la condición de los refugiados, inmigrantes, musulmanes; goleando a equipos patrocinados por el Estado; callando arengas y gritos racistas, a su vez educando contra el racismo.
¿Difícil de tolerar, no? Orban, fanático de fútbol y amigo íntimo de la Federación Húngara de Fútbol ha presionado para que se aplique de manera draconiana hasta la clausula más inocua del reglamento para conspirar contra el Inter CDF. En 2015, sufrieron una sanción de 17 puntos por no “alinear suficientes juveniles en los partidos de las ligas sub19…” Les clavaron otros 5 puntos por presuntas irregularidades jamás probadas en cuanto al certificado de nacimiento de un jugador. Esta puñalada de 22 puntos de sanción los relegó de nuevo a la quinta división.
Imagínese vivir en un país en donde su líder político anuncia que mandará construir cercas de puyas para impedir la llegada de refugiados.
Piense lo trascendental que resulta en ese contexto cada partido del Inter… del Internationale Club de Football Sport Egyesület.