
El lunes 9 de marzo de 1908, en la noche, se escribió el manifiesto del Inter que todo hincha debe saber:
“Nacerá aquí, en el restaurante “l’Orologio”, refugio de artistas, y será por siempre un equipo de gran talento. Que esta noche sublime dé color a nuestro emblema: el negro y el azul como lienzo del dorado de las estrellas. Se llamará “Internazionale” porque nosotros somos hermanos del mundo. “
Los 44 fundadores, de diferentes nacionalidades, brindaron a las 11.30 pm de esa noche estrellada. Nacía el «Foot-Ball Club Internazionale»: un equipo que no discriminaba según la nacionalidad; un club abierto a los extranjeros, abierto al mundo.
En sí, el Inter de Milán es un acto de rebeldía. No soportaron que el “Milan Cricket and Football Club” (el A.C Milan fundado en 1899) por política y filosofía sólo aceptara jugar con italianos.
El italiano Giorgio Muggiani, fue el de la idea: había que rebelarse. Él no se reconocía en ese patriotismo italiano de estado: la esencia de un ser humano no la define su nacionalidad.
Convenció a varios. Se rebelaron, renunciaron y fundaron su propio club con unos valores internacionalistas: de solidaridad entre naciones. Muggiani, pintor vanguardista, inmortalizó su visión diseñando el primer escudo nerazzuro, que aún perdura con algunos cambios.
Hincha del Inter, si alguna vez le preguntan por los colores de su equipo, su nombre o la tradición de contratar extranjeros siéntase afortunado de poder decir que obedecen a esa poética noche nerazzura, donde con las estrellas doradas como testigo, nació el Internazionale.
“Nacerá aquí, en el restaurante “l’Orologio”, refugio de artistas, y será por siempre un equipo de gran talento. Que esta noche sublime dé color a nuestro emblema: el negro y el azul como lienzo del dorado de las estrellas. Se llamará “Internazionale” porque nosotros somos hermanos del mundo. “
Los 44 fundadores, de diferentes nacionalidades, brindaron a las 11.30 pm de esa noche estrellada. Nacía el «Foot-Ball Club Internazionale»: un equipo que no discriminaba según la nacionalidad; un club abierto a los extranjeros, abierto al mundo.
En sí, el Inter de Milán es un acto de rebeldía. No soportaron que el “Milan Cricket and Football Club” (el A.C Milan fundado en 1899) por política y filosofía sólo aceptara jugar con italianos.
El italiano Giorgio Muggiani, fue el de la idea: había que rebelarse. Él no se reconocía en ese patriotismo italiano de estado: la esencia de un ser humano no la define su nacionalidad.
Convenció a varios. Se rebelaron, renunciaron y fundaron su propio club con unos valores internacionalistas: de solidaridad entre naciones. Muggiani, pintor vanguardista, inmortalizó su visión diseñando el primer escudo nerazzuro, que aún perdura con algunos cambios.
Hincha del Inter, si alguna vez le preguntan por los colores de su equipo, su nombre o la tradición de contratar extranjeros siéntase afortunado de poder decir que obedecen a esa poética noche nerazzura, donde con las estrellas doradas como testigo, nació el Internazionale.