Tras la eliminación de Italia, Caracol Radio en uno de sus programas logró conseguir una entrevista exclusiva con un reportero italiano. Pero de qué sirve conseguir al especialista si la primera pregunta es: “¿Cómo está el pueblo italiano tras la eliminación?” (…)
¿Por qué preguntar eso? ¿Qué acaso alguien duda de su dolor? No es la primera vez que ocurre. El periodismo le cuesta idear preguntas que sirvan de algo. Vaya a una rueda de prensa: verá que es un ejercicio donde abundan guiones predecibles y preguntas acartonadas.
Hagamos un ejercicio. Le voy a plantear las 6 preguntas más recurrentes (podrían ser muchas más). Se dará cuenta que usted mismo ya sabe la respuesta, sea el entrevistado que sea:
- ¿El equipo está motivado?
- ¿Está feliz por haber conseguido el gol de la victoria?
- ¿Cree que pueden darle la vuelta al partido?
- ¿Cómo está el equipo después de esta abultada goleada?
- ¿Está feliz por firmar por (inserte nombre del equipo)?
- ¿Se siente halagado por el llamado a la Selección?
Nadie dirá que su equipo es un desastre sin motivación. Todos estarán felices por haber anotado un gol. Nadie dirá que darle vuelta al partido es imposible. Después de una goleada no conozco al primer equipo que esté feliz etc…
Eso es cuando formulan preguntas. Pero el periodista deportivo moderno cada vez más se entrevista él mismo a pesar de tener a alguien en frente. Déjeme explicarle.
Rueda de prensa con José Pekerman, Falcao y James. El periodista muchas veces ni siquiera formula una pregunta. Sencillamente afirma algo a la espera de que el entrevistado le siga la corriente.
“Profe, un partido difícil donde probablemente la clave esté en hacer goles y tener la posesión de la pelota…” / “Radamel, en el gol de la victoria se evidenció el trabajo de la semana…” / “James, ante Brasil la próxima semana, un partido complicado donde deberemos ser cautelosos…”
Eso no son preguntas. Son ejercicios vanidosos en donde se desperdicia la posibilidad de realmente preguntar… ¡algo!
Rodolfo Llinás, una de las mentes más brillantes de Colombia, en su crítica a la educación, postula lo siguiente: “El problema es que no nos enseñan a hacer preguntas; nos enseñan a dar respuesta a preguntas tontas.”
Eso hacen muchos periodistas hoy. Están entrenados a dar respuesta a preguntas tontas… que ellos mismos formulan.
Afortunadamente quedan excelentes entrevistadores como Hernán Peláez en su programa de la "Última Palabra". El mismo Fernando Niembro, polémico y todo, pero nunca le quedó grande entrevistar a nadie.
¿Por qué preguntar eso? ¿Qué acaso alguien duda de su dolor? No es la primera vez que ocurre. El periodismo le cuesta idear preguntas que sirvan de algo. Vaya a una rueda de prensa: verá que es un ejercicio donde abundan guiones predecibles y preguntas acartonadas.
Hagamos un ejercicio. Le voy a plantear las 6 preguntas más recurrentes (podrían ser muchas más). Se dará cuenta que usted mismo ya sabe la respuesta, sea el entrevistado que sea:
- ¿El equipo está motivado?
- ¿Está feliz por haber conseguido el gol de la victoria?
- ¿Cree que pueden darle la vuelta al partido?
- ¿Cómo está el equipo después de esta abultada goleada?
- ¿Está feliz por firmar por (inserte nombre del equipo)?
- ¿Se siente halagado por el llamado a la Selección?
Nadie dirá que su equipo es un desastre sin motivación. Todos estarán felices por haber anotado un gol. Nadie dirá que darle vuelta al partido es imposible. Después de una goleada no conozco al primer equipo que esté feliz etc…
Eso es cuando formulan preguntas. Pero el periodista deportivo moderno cada vez más se entrevista él mismo a pesar de tener a alguien en frente. Déjeme explicarle.
Rueda de prensa con José Pekerman, Falcao y James. El periodista muchas veces ni siquiera formula una pregunta. Sencillamente afirma algo a la espera de que el entrevistado le siga la corriente.
“Profe, un partido difícil donde probablemente la clave esté en hacer goles y tener la posesión de la pelota…” / “Radamel, en el gol de la victoria se evidenció el trabajo de la semana…” / “James, ante Brasil la próxima semana, un partido complicado donde deberemos ser cautelosos…”
Eso no son preguntas. Son ejercicios vanidosos en donde se desperdicia la posibilidad de realmente preguntar… ¡algo!
Rodolfo Llinás, una de las mentes más brillantes de Colombia, en su crítica a la educación, postula lo siguiente: “El problema es que no nos enseñan a hacer preguntas; nos enseñan a dar respuesta a preguntas tontas.”
Eso hacen muchos periodistas hoy. Están entrenados a dar respuesta a preguntas tontas… que ellos mismos formulan.
Afortunadamente quedan excelentes entrevistadores como Hernán Peláez en su programa de la "Última Palabra". El mismo Fernando Niembro, polémico y todo, pero nunca le quedó grande entrevistar a nadie.