
El fútbol no ha sido ajeno a la globalización.
Por el contrario la ha aprovechado, sacándole tantos réditos económicos como ha sido posible. Es por eso que es muy común hoy en día encontrar “hinchas” del Real Madrid, Barcelona, Manchester United, Bayern München y un largo etcétera en cualquier lugar del mundo.
Todos equipos poderosos que saben vender muy bien sus productos en las más lejanas latitudes. Pero hay un modesto club en el corazón de Hamburgo, Alemania que se ha ganado la simpatía de millones de personas alrededor del planeta y no precisamente por sus estrategias comerciales, sino por sus peculiaridades que lo han vuelto un equipo de culto.
El FC Sankt Pauli juega en el distrito que lleva el mismo nombre y que forma parte de la ciudad portuaria de Hamburgo. Para entender a este club hay que entender el contexto de este distrito. Estamos ante el barrio obrero de Hamburgo en el cual trabajadores, punks, okupas, estudiantes, artistas, escritores y un gran número de inmigrantes dan colorido a un mundo multicultural. En Sankt Pauli el teatro, la música y la protesta social son parte de la cotidianidad. Pero además este lugar también es famoso por que allí se ubica la “Milla del Pecado” (die sündige Meile) que no es otra cosa que la zona en la que se encuentran los burdeles y cabarets más famosos de Hamburgo y tal vez de Alemania. Ni siquiera con la prohibición de la prostitución durante el gobierno de Hitler en 1933 la “Milla del Pecado” cesó en sus actividades.
En este contexto nacen los “Piratas del Elba”, mote con el que se le conoce al FC St. Pauli, en 1910. Actualmente juegan en la 2. Bundesliga. Su escudo ha quedado en segundo plano ya que es más común identificar al club con la bandera Jolly Roger, la icónica bandera pirata compuesta por un cráneo y dos tibias cruzadas. Cuando el ST. Pauli pisa la cancha del Millerntor-Stadion, donde hace las veces de local, retumba en los altavoces del escenario deportivo la canción “Hell Bells” de la banda AC/DC, como avisándole al rival que está entrando al mismísimo infierno. Cuando los piratas marcan un gol suena en el estadio “Song 2” de Blur.
Pero su peculiaridad y compromiso con la identidad del barrio en el que juega no es sólo propia de su hinchada; el club se autodefine en sus estatutos como un equipo “antifascista, antirracista y antisexista”, tanto así que le ordenó a la revista Maxim en 2002 quitar una publicidad de su estadio por considerar que tenía contenido sexista. Hace unos años el club adquirió un marcador electrónico que iba a reemplazar el tradicional marcador manual que tenía el estadio y que era operado por un humilde hombre desde hace varias décadas, la protesta de los hinchas fue tal que el club desechó la idea del nuevo marcador para que el trabajador no perdiera su empleo.
La popularidad del club ha sido tal que bandas tan disimiles entre sí como Panteón Rococó, Le Fly, Turbonegro o Talco le han compuesto canciones. Otros artistas como Molotov, The Skatalites, Asian Dub Fundation o Bad Religion le han rendido diversos homenajes.
Es curioso que este club juegue en una zona en la que la extrema derecha alemana consigue las más altas votaciones en elecciones de todo tipo. El derby que juegan contra el Hamburger S.V. es otro de esos duelos que trascienden lo deportivo y tienen una connotación política muy alta por la cantidad de hinchas de afiliación Neo Nazi que tiene los “Rothosen”
Por el contrario la ha aprovechado, sacándole tantos réditos económicos como ha sido posible. Es por eso que es muy común hoy en día encontrar “hinchas” del Real Madrid, Barcelona, Manchester United, Bayern München y un largo etcétera en cualquier lugar del mundo.
Todos equipos poderosos que saben vender muy bien sus productos en las más lejanas latitudes. Pero hay un modesto club en el corazón de Hamburgo, Alemania que se ha ganado la simpatía de millones de personas alrededor del planeta y no precisamente por sus estrategias comerciales, sino por sus peculiaridades que lo han vuelto un equipo de culto.
El FC Sankt Pauli juega en el distrito que lleva el mismo nombre y que forma parte de la ciudad portuaria de Hamburgo. Para entender a este club hay que entender el contexto de este distrito. Estamos ante el barrio obrero de Hamburgo en el cual trabajadores, punks, okupas, estudiantes, artistas, escritores y un gran número de inmigrantes dan colorido a un mundo multicultural. En Sankt Pauli el teatro, la música y la protesta social son parte de la cotidianidad. Pero además este lugar también es famoso por que allí se ubica la “Milla del Pecado” (die sündige Meile) que no es otra cosa que la zona en la que se encuentran los burdeles y cabarets más famosos de Hamburgo y tal vez de Alemania. Ni siquiera con la prohibición de la prostitución durante el gobierno de Hitler en 1933 la “Milla del Pecado” cesó en sus actividades.
En este contexto nacen los “Piratas del Elba”, mote con el que se le conoce al FC St. Pauli, en 1910. Actualmente juegan en la 2. Bundesliga. Su escudo ha quedado en segundo plano ya que es más común identificar al club con la bandera Jolly Roger, la icónica bandera pirata compuesta por un cráneo y dos tibias cruzadas. Cuando el ST. Pauli pisa la cancha del Millerntor-Stadion, donde hace las veces de local, retumba en los altavoces del escenario deportivo la canción “Hell Bells” de la banda AC/DC, como avisándole al rival que está entrando al mismísimo infierno. Cuando los piratas marcan un gol suena en el estadio “Song 2” de Blur.
Pero su peculiaridad y compromiso con la identidad del barrio en el que juega no es sólo propia de su hinchada; el club se autodefine en sus estatutos como un equipo “antifascista, antirracista y antisexista”, tanto así que le ordenó a la revista Maxim en 2002 quitar una publicidad de su estadio por considerar que tenía contenido sexista. Hace unos años el club adquirió un marcador electrónico que iba a reemplazar el tradicional marcador manual que tenía el estadio y que era operado por un humilde hombre desde hace varias décadas, la protesta de los hinchas fue tal que el club desechó la idea del nuevo marcador para que el trabajador no perdiera su empleo.
La popularidad del club ha sido tal que bandas tan disimiles entre sí como Panteón Rococó, Le Fly, Turbonegro o Talco le han compuesto canciones. Otros artistas como Molotov, The Skatalites, Asian Dub Fundation o Bad Religion le han rendido diversos homenajes.
Es curioso que este club juegue en una zona en la que la extrema derecha alemana consigue las más altas votaciones en elecciones de todo tipo. El derby que juegan contra el Hamburger S.V. es otro de esos duelos que trascienden lo deportivo y tienen una connotación política muy alta por la cantidad de hinchas de afiliación Neo Nazi que tiene los “Rothosen”