
Una de las medidas de moda en el combate contra las barras bravas es prohibir la entrada a los hinchas visitantes así como los desplazamientos en masa a otras ciudades. En Italia, un grupo de Ultras, siguiendo un guion sacado de una película, logra poner en jaque al sistema en una gran victoria para ellos… pero un triste día para el futbol ese 10 de noviembre de 2013.
El marco de esta historia es un derby entre el Nocerina y la Salernitana, equipos de tercera división italiana. La Salernitana oficiaba de local y anticipando posibles desmanes, las autoridades proceden a prohibir expresamente la asistencia del equipo visitante.
Heridas en su orgullo, las barras bravas del Nocerina deciden a pesar de todo ir a Salerno… pero no a asistir al partido. Se vuelcan en masa al lugar de concentración del equipo de sus amores. Siendo un equipo de tercera división, las medidas de seguridad no son muy buenas y los Ultras logran encerrarse con los jugadores una buena media hora. El rumor apunta a que los Ultras, con amenazas, quieren intimidar a sus jugadores, en su mayoría juveniles, con el fin de que saboteen el partido y no se presenten. Al menos eso creían los comentaristas…
El partido empieza en un clima enrarecido, pesado, envenenado pero parecía reconfortante saber que se jugaría a pesar de todo lo acontecido. Sin embargo, pasados 15 minutos, el técnico del Nocerina ya ha agotado sus tres cambios… reemplazando a jugadores que piden el cambio por aparentes lesiones. Pero la historia no para ahí: “de casualidad” 5 jugadores más del Nocerina van a manifestar sufrir una lesión y se retiran del campo, dejando a su equipo con 6 jugadores… El árbitro tiene que suspender el encuentro por respeto al reglamento.
En ese preciso instante, una aeroplano va a desplegar la siguiente mención “respeto a Nocera y sus Ultras” culminando así este golpe de Estado por parte de los Ultras del Nocerina… Los jugadores y cuerpo técnico no pudieron resistir a las amenazas de estas barras y terminaron siendo los actores de una de las más vergonzosas humillaciones para los valores de integridad y respeto del futbol.
De regreso a Nocera, los Ultras se fueron a celebrar a la plaza central. Una victoria para ellos, una derrota para el futbol.
El marco de esta historia es un derby entre el Nocerina y la Salernitana, equipos de tercera división italiana. La Salernitana oficiaba de local y anticipando posibles desmanes, las autoridades proceden a prohibir expresamente la asistencia del equipo visitante.
Heridas en su orgullo, las barras bravas del Nocerina deciden a pesar de todo ir a Salerno… pero no a asistir al partido. Se vuelcan en masa al lugar de concentración del equipo de sus amores. Siendo un equipo de tercera división, las medidas de seguridad no son muy buenas y los Ultras logran encerrarse con los jugadores una buena media hora. El rumor apunta a que los Ultras, con amenazas, quieren intimidar a sus jugadores, en su mayoría juveniles, con el fin de que saboteen el partido y no se presenten. Al menos eso creían los comentaristas…
El partido empieza en un clima enrarecido, pesado, envenenado pero parecía reconfortante saber que se jugaría a pesar de todo lo acontecido. Sin embargo, pasados 15 minutos, el técnico del Nocerina ya ha agotado sus tres cambios… reemplazando a jugadores que piden el cambio por aparentes lesiones. Pero la historia no para ahí: “de casualidad” 5 jugadores más del Nocerina van a manifestar sufrir una lesión y se retiran del campo, dejando a su equipo con 6 jugadores… El árbitro tiene que suspender el encuentro por respeto al reglamento.
En ese preciso instante, una aeroplano va a desplegar la siguiente mención “respeto a Nocera y sus Ultras” culminando así este golpe de Estado por parte de los Ultras del Nocerina… Los jugadores y cuerpo técnico no pudieron resistir a las amenazas de estas barras y terminaron siendo los actores de una de las más vergonzosas humillaciones para los valores de integridad y respeto del futbol.
De regreso a Nocera, los Ultras se fueron a celebrar a la plaza central. Una victoria para ellos, una derrota para el futbol.