
El Qarabağ hizo historia al calificarse a la fase de grupos de la UCL tras derrotar al Copenhague en Bakú, Capital de Azerbaiyán, convirtiéndose de paso en el primer club azerí en conseguir el paso a dicha fase de la máxima competición de clubes en Europa. Tan pronto terminó el partido los medios corrieron a buscar información sobre el desconocido club y se encontraron con una historia que para ellos, que siempre están ávidos de clics, era una mina de oro: El Qarabag es un club que por cosas de la guerra juega lejos de su tierra, “el equipo de los refugiados”, lo llamaron algunos.
Claro, así la gesta deportiva se veía magnificada; se victimizó al equipo sin profundizar ni un poco en la historia. Claro que este equipo tiene una connotación geopolítica muy interesante, pero falta rigor para abordar el tema; rigor que tampoco es tan difícil: una búsqueda en internet sobre el conflicto que sacó al Qarabag de su tierra natal y un poco de curiosidad hubieran llevado a tener un panorama más completo de la historia, que acá les voy a contar.
El Qarabag es originario de Agdam, una ciudad de Nagorno Karabaj, un territorio que durante la existencia de la Unión Soviética estuvo bajo la administración de la República Soviética de Azerbaiyán. Pero Nargono Karabaj ha sido históricamente un territorio poblado por armenios. Por eso es que con la disolución la URSS el territorio fue reclamado por Armenia, cosa con la que no estuvo de acuerdo Azerbaiyán. La guerra que estalló entre estos dos países, por dicho territorio, duró desde 1991 hasta 1994, aunque las tensiones aumentaron desde 1988, e incluyó prácticas de limpieza étnica de parte de ambos bandos.
Si bien la confrontación bélica cesó, la situación de enfrentamiento por este territorio continúa hasta nuestros días. Hoy ningún estado reconoce a Nargono Karabaj como un estado independiente, sin embargo existe un gobierno e instituciones que ejercen soberanía sobre el territorio, esto es igual a un estado de facto. Es cierto que el Qarabag tuvo que huir de Agdam, que hoy en día, por razones de la guerra, es una ciudad fantasma, y buscó exilio en Azerbaiyan; de hecho hoy juega en Bakú como local.
Entonces el Qarabag se volvió un instrumento político de Ilham Aliyev, presidente de Azerbayán desde 2003 y quien es hijo de Heydar Aliyev, líder del país cuando aun era parte de la URSS y que gobernó el país hasta su muerte en 2003, momento en el cual su hijo asumió el poder. A Los Aliyev siempre les ha gustado más el fútbol que los Derechos Humanos.
Azerbaiyán ha tratado, desde hace algunos años, de limpiar su imagen a través del fútbol: recuerden que hasta hace un par de temporadas el Atlético de Madrid lucía un patrocinio que decía “Azerbaiyán: Tierra del Fuego”; los azerís han ofrecido millonarios patrocinios a clubes del sur del continente americano, como Peñarol o San Lorenzo, con la condición que ninguna persona de origen armenio sea parte de la directiva (hasta ahora todos han rechazado la oferta) y; hace unos meses Ronaldinho, invitado por el gobierno azerí, abrió una academia de fútbol en Bakú.
El Qarabag es propiedad de Azersun, un holding alimentario que lo ha financiado hasta volverlo un club poderoso económica y deportivamente. Presidido por turcos (quienes apoyaron a Azerbaiyán en la guerra) y sin un solo jugador armenio en su plantilla, vale la pena preguntarse: ¿Es en realidad el Qarabag que clasificó a la Champions un club de Nargono Karabaj, donde el 95% de la población es armenia?
Este equipo es el nuevo caballito de batalla del gobierno azerí para reclamar la soberanía sobre de Nargono Karabaj. Así lo dejó claro el Ministerio de Relaciones Exteriores de Azerbaiyán que a través de la cuenta oficial de su portavoz en Twitter trinó: “Demostrado: independientemente de la ocupación de nuestras tierras, Agdam, la ciudad del Qarabag, nadie puede minar nuestra determinación”.
El Qarabag tendrá que jugar contra la Roma, el Chelsea y Atleti de Madrid en el grupo C. Seguramente en sus partidos usted va a escuchar a algún comentarista y/o narrador repetir como una cotorra la historia del club mártir que quiere vender Azerbaiyán; pero usted, que llegó hasta acá, sabrá que la historia tiene otro lado, otro matiz y no comerá entero.
Claro, así la gesta deportiva se veía magnificada; se victimizó al equipo sin profundizar ni un poco en la historia. Claro que este equipo tiene una connotación geopolítica muy interesante, pero falta rigor para abordar el tema; rigor que tampoco es tan difícil: una búsqueda en internet sobre el conflicto que sacó al Qarabag de su tierra natal y un poco de curiosidad hubieran llevado a tener un panorama más completo de la historia, que acá les voy a contar.
El Qarabag es originario de Agdam, una ciudad de Nagorno Karabaj, un territorio que durante la existencia de la Unión Soviética estuvo bajo la administración de la República Soviética de Azerbaiyán. Pero Nargono Karabaj ha sido históricamente un territorio poblado por armenios. Por eso es que con la disolución la URSS el territorio fue reclamado por Armenia, cosa con la que no estuvo de acuerdo Azerbaiyán. La guerra que estalló entre estos dos países, por dicho territorio, duró desde 1991 hasta 1994, aunque las tensiones aumentaron desde 1988, e incluyó prácticas de limpieza étnica de parte de ambos bandos.
Si bien la confrontación bélica cesó, la situación de enfrentamiento por este territorio continúa hasta nuestros días. Hoy ningún estado reconoce a Nargono Karabaj como un estado independiente, sin embargo existe un gobierno e instituciones que ejercen soberanía sobre el territorio, esto es igual a un estado de facto. Es cierto que el Qarabag tuvo que huir de Agdam, que hoy en día, por razones de la guerra, es una ciudad fantasma, y buscó exilio en Azerbaiyan; de hecho hoy juega en Bakú como local.
Entonces el Qarabag se volvió un instrumento político de Ilham Aliyev, presidente de Azerbayán desde 2003 y quien es hijo de Heydar Aliyev, líder del país cuando aun era parte de la URSS y que gobernó el país hasta su muerte en 2003, momento en el cual su hijo asumió el poder. A Los Aliyev siempre les ha gustado más el fútbol que los Derechos Humanos.
Azerbaiyán ha tratado, desde hace algunos años, de limpiar su imagen a través del fútbol: recuerden que hasta hace un par de temporadas el Atlético de Madrid lucía un patrocinio que decía “Azerbaiyán: Tierra del Fuego”; los azerís han ofrecido millonarios patrocinios a clubes del sur del continente americano, como Peñarol o San Lorenzo, con la condición que ninguna persona de origen armenio sea parte de la directiva (hasta ahora todos han rechazado la oferta) y; hace unos meses Ronaldinho, invitado por el gobierno azerí, abrió una academia de fútbol en Bakú.
El Qarabag es propiedad de Azersun, un holding alimentario que lo ha financiado hasta volverlo un club poderoso económica y deportivamente. Presidido por turcos (quienes apoyaron a Azerbaiyán en la guerra) y sin un solo jugador armenio en su plantilla, vale la pena preguntarse: ¿Es en realidad el Qarabag que clasificó a la Champions un club de Nargono Karabaj, donde el 95% de la población es armenia?
Este equipo es el nuevo caballito de batalla del gobierno azerí para reclamar la soberanía sobre de Nargono Karabaj. Así lo dejó claro el Ministerio de Relaciones Exteriores de Azerbaiyán que a través de la cuenta oficial de su portavoz en Twitter trinó: “Demostrado: independientemente de la ocupación de nuestras tierras, Agdam, la ciudad del Qarabag, nadie puede minar nuestra determinación”.
El Qarabag tendrá que jugar contra la Roma, el Chelsea y Atleti de Madrid en el grupo C. Seguramente en sus partidos usted va a escuchar a algún comentarista y/o narrador repetir como una cotorra la historia del club mártir que quiere vender Azerbaiyán; pero usted, que llegó hasta acá, sabrá que la historia tiene otro lado, otro matiz y no comerá entero.