
Si la “Mano de Dios” la hace un Inglés, ¿cree usted que sus compañeros hubieran pedido que se anulara el gol? ¿Cree usted que sus hinchas, hooligans a bordo, se hubieran echado a la pena por haber ganado con un gol tramposo y no hubieran celebrado a rabiar un título mundial?
Si la “Mano de Dios” la hace un jugador brasilero… ¿será que los brasileros corren todos en manada a decirle al árbitro que fue ilícita la jugada? ¿Será que los hinchas brasileros se habrían indignado, exigiendo la cabeza del criminal “tramposo” y habrían boicoteado el resto del Mundial?
Si es un Colombiano el que hace un gol con la mano en cuartos de final de un Mundial en donde terminamos campeones (del Mundo)… ¿cree usted honestamente que nos hubiera molestado? ¿Sinceramente piensa usted que el pueblo colombiano hubiera salido a marchar contra la trampa de uno de sus jugadores? Se lo puedo jurar que no; claro que lo celebramos en nuestra idiosincrasia nacional, quizás bajo la forma de un monumento a la “malicia indígena”, racista expresión pero de latente manifestación en nuestro país.
Si un Coreano o un Japonés hace la “Mano de Dios”… quizás a ellos si los regañen por la preeminencia rígida de los valores en su cultura; les dolería mucho que les dijeran “tramposos” o “corruptos”. Pero sería pasajero, las mieles de la victoria final en la Copa del Mundo calman cualquier arrebato de moralidad.
El fútbol sacará siempre lo mejor… pero ante todo lo peor de nosotros. La trampa es inmoral cuando la sufrimos; “circunstancial” cuando nos beneficia.
Cada vez que se desfogue insultando a Maradona y a Argentina, diciéndoles “tramposos”, no sea hipócrita: si la “Mano de Dios” la hace un Colombiano en cuartos de final de un Mundial que ganamos… usted celebraría como nunca en su vida.
Hasta que ojalá pronto se perfeccione el video y ayude a purificar un juego que entre humanos no pudimos jugar con honestidad.
Si la “Mano de Dios” la hace un jugador brasilero… ¿será que los brasileros corren todos en manada a decirle al árbitro que fue ilícita la jugada? ¿Será que los hinchas brasileros se habrían indignado, exigiendo la cabeza del criminal “tramposo” y habrían boicoteado el resto del Mundial?
Si es un Colombiano el que hace un gol con la mano en cuartos de final de un Mundial en donde terminamos campeones (del Mundo)… ¿cree usted honestamente que nos hubiera molestado? ¿Sinceramente piensa usted que el pueblo colombiano hubiera salido a marchar contra la trampa de uno de sus jugadores? Se lo puedo jurar que no; claro que lo celebramos en nuestra idiosincrasia nacional, quizás bajo la forma de un monumento a la “malicia indígena”, racista expresión pero de latente manifestación en nuestro país.
Si un Coreano o un Japonés hace la “Mano de Dios”… quizás a ellos si los regañen por la preeminencia rígida de los valores en su cultura; les dolería mucho que les dijeran “tramposos” o “corruptos”. Pero sería pasajero, las mieles de la victoria final en la Copa del Mundo calman cualquier arrebato de moralidad.
El fútbol sacará siempre lo mejor… pero ante todo lo peor de nosotros. La trampa es inmoral cuando la sufrimos; “circunstancial” cuando nos beneficia.
Cada vez que se desfogue insultando a Maradona y a Argentina, diciéndoles “tramposos”, no sea hipócrita: si la “Mano de Dios” la hace un Colombiano en cuartos de final de un Mundial que ganamos… usted celebraría como nunca en su vida.
Hasta que ojalá pronto se perfeccione el video y ayude a purificar un juego que entre humanos no pudimos jugar con honestidad.