
El pasado 3 de agosto no es un día normal para aquellas viejas miradas que captaron en la memoria de quienes las dirigieron, el fútbol hecho arte en los pies de un jugador.
Se trata del cumpleaños del quinto mejor jugador de la historia del fútbol suramericano según la IFFHS, solo por detrás de Pelé, Maradona, Di Estéfano y Garrincha.
José Manuel Moreno, o el “charro” como muchas veces escuchamos al Doctor Peláez nombrarlo en numerosas historias del pulso, es una de esas leyendas que sin importar el color de la camiseta que vistió, se robô los aplausos de todo el mundo del fútbol.
Y es que “el charro”, confeso hincha de Boca Juniors, solo pudo jugar en el club de sus amores cuando tuvo 40 años, y de manera paradójica su leyenda se forjó en el vereda del frente con el archirrival de la banda cruzada con el que se cansó de hacer goles y ganar cuantos títulos se atravesaron por su camino.
La historia incluye de manera insólita un retiro como ninguno, cuando oficiaba como director técnico del Independiente Medellín, y en un juego contra su amado equipo “xeneize”, se hartó del mal juego de sus jugadores y con 42 años a su haber, ingresó al campo de juego, solo para anotar dos goles y brindar otras dos asistencias para el triunfo del equipo colombiano, al finalizar el partido, “el charro” no miró a nadie y solo se retiró del campo sin pronunciar una palabra, después de su última obra de teatro.
Amado por “gallinas” y “bosteros”, Jose Manuel Moreno murió en 1978 cuando tenía 68 años, y en el recuerdo de los muchos ojos que lo vieron y que de manera nostálgica lo recuerdan, fluyen las memorias de lo nunca más visto, y repiten a los más chicos, “Ni Maradona ni Pelé… ¡El mejor jugador del mundo fue el Charro Moreno! ¡Jo-sé-Ma-nuel-Mo-re-no!!,
Se trata del cumpleaños del quinto mejor jugador de la historia del fútbol suramericano según la IFFHS, solo por detrás de Pelé, Maradona, Di Estéfano y Garrincha.
José Manuel Moreno, o el “charro” como muchas veces escuchamos al Doctor Peláez nombrarlo en numerosas historias del pulso, es una de esas leyendas que sin importar el color de la camiseta que vistió, se robô los aplausos de todo el mundo del fútbol.
Y es que “el charro”, confeso hincha de Boca Juniors, solo pudo jugar en el club de sus amores cuando tuvo 40 años, y de manera paradójica su leyenda se forjó en el vereda del frente con el archirrival de la banda cruzada con el que se cansó de hacer goles y ganar cuantos títulos se atravesaron por su camino.
La historia incluye de manera insólita un retiro como ninguno, cuando oficiaba como director técnico del Independiente Medellín, y en un juego contra su amado equipo “xeneize”, se hartó del mal juego de sus jugadores y con 42 años a su haber, ingresó al campo de juego, solo para anotar dos goles y brindar otras dos asistencias para el triunfo del equipo colombiano, al finalizar el partido, “el charro” no miró a nadie y solo se retiró del campo sin pronunciar una palabra, después de su última obra de teatro.
Amado por “gallinas” y “bosteros”, Jose Manuel Moreno murió en 1978 cuando tenía 68 años, y en el recuerdo de los muchos ojos que lo vieron y que de manera nostálgica lo recuerdan, fluyen las memorias de lo nunca más visto, y repiten a los más chicos, “Ni Maradona ni Pelé… ¡El mejor jugador del mundo fue el Charro Moreno! ¡Jo-sé-Ma-nuel-Mo-re-no!!,