
“Tengo 80 años, y no quiero ni imaginar que Dios pueda ser hincha de la Juventus.”
Como esta frase de Peppino Prisco, antiguo directivo del Inter, hay muchísimas que retratan el fuerte antagonismo que ha existido entre la Juventus y el Internazionale de Milán.
Rivalidad histórica, el encuentro bianual entre estos dos equipos por la Serie A se conoce ni más ni menos como el Derby d’Italia, amplio calificativo que refleja la magnitud de estos partidos.
¿Y por qué Derby d’Italia?
La formula viene de los años 30 y 40, décadas en donde la Juventus y el Inter dominaban el panorama nacional. En 1967, el periodista de la Gazzetta Gianni Brera terminaría de tatuar la formula en el imaginario popular: el Derby de Italia que reúne a los dos equipos más exitosos (en aquel momento) tanto en el ámbito doméstico como el plano internacional.
Este Derby tiene una muy rica historia pero hay una gran polémica que dejaría una herida histórica en el hincha del Inter, sembrando dudas en cuanto a la integridad de la dirigencia juventina y exacerbando esta rivalidad por siempre
Corría la temporada 1960-61.
Juventus era el equipo a vencer. Consciente de la magnitud del reto que suponía el equipo de Turín, Angelo Moratti (presidente del Inter en aquel momento y padre de Massimo) contrata a un técnico que iba a revolucionar el mundo del fútbol y le iba a dar al Inter su primera gran etapa de oro: Helenio Herrera, argentino e inventor del catenaccio, arte que perfeccionó con el Inter.
Para esa temporada, la llegada de Herrera logró hacer del Inter un equipo candidato al título. Tras cabalgar la primer parte de la temporada, los nerazzuros acusan cansancio y se desinflan en el último tramo, permitiendo a la Juventus recuperar el terreno perdido.
Se vislumbra un partido determinante. El 16 de abril de 1961, la Juventus recibe al Inter con cuatro puntos de diferencia a falta de un puñado de fechas en un Derby d’Italia explosivo. Como era de esperarse, el estadio está absolutamente repleto, y como solía hacerse en aquella época, se privilegia el número de asistentes al confort de los mismos. El problema es que hay muchos aficionados que yacen de pie, muy cerca del terreno de juego. El partido se desarrolla normalmente hasta el minuto 31, instante en donde el árbitro da por finalizado el encuentro por la falta de garantías que implica la proximidad de los aficionados a la cancha.
El reglamento era muy claro: en situaciones en donde el buen desarrollo del encuentro se encuentren comprometidas por factores inherentes a la organización, los puntos serán adjudicados al equipo visitante. De esta manera, el Inter se ponía a tan sólo dos puntos de la Juventus.
A pesar de lo prístino y nítido del reglamento, la Juventus apeló la decisión… y logró que la Federación ordenara que se repitiera el partido. Mucha suspicacia generó este fallo, especialmente teniendo en cuenta que Umberto Agnelli (padre del actual presidente de la Juventus Andrea Agnelli) fungía como Presidente honorario de la Juventus y como miembro del comité directivo de la Federación.
El Inter se entera de esta decisión previo a un partido contra el Catania. Heridos por la noticia, se inclinan 2-0. Indignado e iracundo, Angelo Moratti opta por una decisión insólita. Tras consultarlo con Helenio Herrera, el Presidente decide, a manera de protesta, que ninguna figura del Inter jugaría ese partido. En su lugar se presentaría la sub-19, renunciando así a cualquier chance de ganar el título.
El partido lo ganó 9-1 la Juventus, en uno de los resultados más escandalosos y polémicos, conocido en Italia como “El Partido Fantasma” a raíz de la ausencia de la titular del Inter. Omar Sivori, leyenda juventina, se despachó con seis goles que le permitieron hacerse con el capo cannoniere de la temporada. A la postre, también ganaría el Balón de Oro. Entre los juveniles del Inter, figuraba un peladito que a la postre sería leyenda para el Inter y su país, Sandro Mazzola.
Este episodio es recordado aún hoy en día y permite comprender mejor la importante rivalidad que se maneja en el Derby d’Italia.
Como esta frase de Peppino Prisco, antiguo directivo del Inter, hay muchísimas que retratan el fuerte antagonismo que ha existido entre la Juventus y el Internazionale de Milán.
Rivalidad histórica, el encuentro bianual entre estos dos equipos por la Serie A se conoce ni más ni menos como el Derby d’Italia, amplio calificativo que refleja la magnitud de estos partidos.
¿Y por qué Derby d’Italia?
La formula viene de los años 30 y 40, décadas en donde la Juventus y el Inter dominaban el panorama nacional. En 1967, el periodista de la Gazzetta Gianni Brera terminaría de tatuar la formula en el imaginario popular: el Derby de Italia que reúne a los dos equipos más exitosos (en aquel momento) tanto en el ámbito doméstico como el plano internacional.
Este Derby tiene una muy rica historia pero hay una gran polémica que dejaría una herida histórica en el hincha del Inter, sembrando dudas en cuanto a la integridad de la dirigencia juventina y exacerbando esta rivalidad por siempre
Corría la temporada 1960-61.
Juventus era el equipo a vencer. Consciente de la magnitud del reto que suponía el equipo de Turín, Angelo Moratti (presidente del Inter en aquel momento y padre de Massimo) contrata a un técnico que iba a revolucionar el mundo del fútbol y le iba a dar al Inter su primera gran etapa de oro: Helenio Herrera, argentino e inventor del catenaccio, arte que perfeccionó con el Inter.
Para esa temporada, la llegada de Herrera logró hacer del Inter un equipo candidato al título. Tras cabalgar la primer parte de la temporada, los nerazzuros acusan cansancio y se desinflan en el último tramo, permitiendo a la Juventus recuperar el terreno perdido.
Se vislumbra un partido determinante. El 16 de abril de 1961, la Juventus recibe al Inter con cuatro puntos de diferencia a falta de un puñado de fechas en un Derby d’Italia explosivo. Como era de esperarse, el estadio está absolutamente repleto, y como solía hacerse en aquella época, se privilegia el número de asistentes al confort de los mismos. El problema es que hay muchos aficionados que yacen de pie, muy cerca del terreno de juego. El partido se desarrolla normalmente hasta el minuto 31, instante en donde el árbitro da por finalizado el encuentro por la falta de garantías que implica la proximidad de los aficionados a la cancha.
El reglamento era muy claro: en situaciones en donde el buen desarrollo del encuentro se encuentren comprometidas por factores inherentes a la organización, los puntos serán adjudicados al equipo visitante. De esta manera, el Inter se ponía a tan sólo dos puntos de la Juventus.
A pesar de lo prístino y nítido del reglamento, la Juventus apeló la decisión… y logró que la Federación ordenara que se repitiera el partido. Mucha suspicacia generó este fallo, especialmente teniendo en cuenta que Umberto Agnelli (padre del actual presidente de la Juventus Andrea Agnelli) fungía como Presidente honorario de la Juventus y como miembro del comité directivo de la Federación.
El Inter se entera de esta decisión previo a un partido contra el Catania. Heridos por la noticia, se inclinan 2-0. Indignado e iracundo, Angelo Moratti opta por una decisión insólita. Tras consultarlo con Helenio Herrera, el Presidente decide, a manera de protesta, que ninguna figura del Inter jugaría ese partido. En su lugar se presentaría la sub-19, renunciando así a cualquier chance de ganar el título.
El partido lo ganó 9-1 la Juventus, en uno de los resultados más escandalosos y polémicos, conocido en Italia como “El Partido Fantasma” a raíz de la ausencia de la titular del Inter. Omar Sivori, leyenda juventina, se despachó con seis goles que le permitieron hacerse con el capo cannoniere de la temporada. A la postre, también ganaría el Balón de Oro. Entre los juveniles del Inter, figuraba un peladito que a la postre sería leyenda para el Inter y su país, Sandro Mazzola.
Este episodio es recordado aún hoy en día y permite comprender mejor la importante rivalidad que se maneja en el Derby d’Italia.