
Enfrascado en una dramática lucha por no descender, los hinchas del Henan Jianye de la Super Liga de China decidieron encomendarse a los dioses. Celebraron una senda misa liderada por 15 monjes taoístas. Rituales y oración para subsanar la falta de gol de un equipo con la moral por el suelo. Olor a incienso y plegarias con el mantra de que “La Voluntad de Dios es que el Henan gane”.
Me dirá usted que funcionó… porque el partido siguiente lo ganaron 2-1, venciendo al Shandong F.C el pasado 24 de septiembre. Pero a la Federación China no le cayó en gracia que el estadio y su terreno de juego se hubieran vuelto un lugar de culto.
“El terreno de juego no es un lugar religioso y celebrar ceremonias de culto en recintos deportivos no es apropiado ni conforme con una imagen profesional del fútbol. En vez de encomendarse a los dioses, Henan debería buscar la victoria mediante su esfuerzo.” Palabras lapidarias de la Federación China.
En una sociedad donde el respeto a la autoridad es esencial, el Henan Jianye acató inmediatamente la observación, aduciendo en su comunicado que agradece la iniciativa de los hinchas, pero “la victoria no se logra mediante rezos.”
La Federación China, en su afán de posicionarse como una liga seria, sencillamente está aplicando los estatutos y reglamentos de la FIFA, quién cada vez más pretende proteger el deporte de la manipulación política y religiosa.
Basta recordar, a manera de ejemplo, la Ley 4 del reglamento de la FIFA que regula los uniformes: “El equipamiento básico obligatorio no deberá tener lemas, mensajes o imágenes políticos, religiosos ni personales. El organizador de la competición o la FIFA sancionará al equipo de un jugador cuyo equipamiento básico obligatorio tenga lemas, mensajes o imágenes políticos, religiosos o personales.”
Seguramente, por ser la lejana Asia y tratarse de unos monjes taoístas respirando nubes de incienso en un terreno de fútbol, usted le dará (o no) la razón a la Federación China. Pero piense el grado de influencia que tiene la religión católica/cristiana/testigos de jehová etc… en el fútbol sudamericano. Piense en Kaká, Falcao, Teofilo, Neymar y tantos más difundiendo sus creencias, versos de la biblia, profecías mediante camisetas y logos donde la victoria está ligada a la creencia religiosa.
Por ser un continente eminentemente religioso, Sudamérica goza con la religión en el terreno de juego y el estadio.
Pero el deber ser de las cosas es el respeto al reglamento de la FIFA. Como lo hizo la Federación China. Esto es fútbol, señores. No un enfrentamiento entre dioses, que no juegan.
Me dirá usted que funcionó… porque el partido siguiente lo ganaron 2-1, venciendo al Shandong F.C el pasado 24 de septiembre. Pero a la Federación China no le cayó en gracia que el estadio y su terreno de juego se hubieran vuelto un lugar de culto.
“El terreno de juego no es un lugar religioso y celebrar ceremonias de culto en recintos deportivos no es apropiado ni conforme con una imagen profesional del fútbol. En vez de encomendarse a los dioses, Henan debería buscar la victoria mediante su esfuerzo.” Palabras lapidarias de la Federación China.
En una sociedad donde el respeto a la autoridad es esencial, el Henan Jianye acató inmediatamente la observación, aduciendo en su comunicado que agradece la iniciativa de los hinchas, pero “la victoria no se logra mediante rezos.”
La Federación China, en su afán de posicionarse como una liga seria, sencillamente está aplicando los estatutos y reglamentos de la FIFA, quién cada vez más pretende proteger el deporte de la manipulación política y religiosa.
Basta recordar, a manera de ejemplo, la Ley 4 del reglamento de la FIFA que regula los uniformes: “El equipamiento básico obligatorio no deberá tener lemas, mensajes o imágenes políticos, religiosos ni personales. El organizador de la competición o la FIFA sancionará al equipo de un jugador cuyo equipamiento básico obligatorio tenga lemas, mensajes o imágenes políticos, religiosos o personales.”
Seguramente, por ser la lejana Asia y tratarse de unos monjes taoístas respirando nubes de incienso en un terreno de fútbol, usted le dará (o no) la razón a la Federación China. Pero piense el grado de influencia que tiene la religión católica/cristiana/testigos de jehová etc… en el fútbol sudamericano. Piense en Kaká, Falcao, Teofilo, Neymar y tantos más difundiendo sus creencias, versos de la biblia, profecías mediante camisetas y logos donde la victoria está ligada a la creencia religiosa.
Por ser un continente eminentemente religioso, Sudamérica goza con la religión en el terreno de juego y el estadio.
Pero el deber ser de las cosas es el respeto al reglamento de la FIFA. Como lo hizo la Federación China. Esto es fútbol, señores. No un enfrentamiento entre dioses, que no juegan.