Corrían los años ochenta, y Alemania seguía dividida a raíz de los hechos consumados durante la guerra fría: una parte occidental (capitalista) y una parte oriental (socialista) que conformaban una nación fracturada.
Nuestro fatídico protagonista era un jugador del Dinamo de Berlín, un equipo de la República Democrática de Alemania (RDA), la parte oriental subyugada por la dictadura y el socialismo extremo. El caso es que el Dinamo de Berlín era el orgullo de la RDA, su mejor equipo y por ende una herramienta de propaganda. Un fenómeno recurrente aborrecido por el régimen autoritario de la Alemania Oriental era la fuga de personas que se escapaban para instalarse en la parte occidental, en la República Federal de Alemania (RFA). Por ende, se controlaba muchísimo a los jugadores para evitar escapes que debilitaran al régimen. Se organiza entonces un partido amistoso en la RFA entre el Dinamo de Berlin y el Kaiserlautern. Lutz Eigendorf decide jugársela: tras el partido, lograr burlar todo el operativo de seguridad y se fuga con éxito. El Dinamo tuvo que regresar sin él. Victorioso, logra estabilizar su vida en la Alemania Occidental, firmando incluso con el Kaiserlautern. Pero el régimen autoritario de la otra Alemania no lo iba a perdonar… La “Stasi” era la policía del régimen autoritario oriental. Viciosa y letal, manejaba una negra reputación. Varios agentes se infiltran en la RFA y empiezan a seguir de cerca a Eigendorf, quien se creía a salvo. La tragedia era inevitable… Un dia, el coche de Eigendorf aparece destruido, con él a bordo sin vida. Se revela un alto grado de alcoholemia, para la sorpresa de todos sus allegados que afirmaban que él nunca bebía. La muerte no dejaba de ser misteriosa. Varios años después, tras la caída del Muro de Berlin y la reunificación de las Alemanias, varios archivos revelan que efectivamente la muerte de Eigendorf fue una orden de estado para castigar a un “traidor”, un jugador de futbol que solo quería una mejor vida para él y su familia. El Futbol se había vuelto un asunto de Estado cobrando la vida de Lotz Eigendorf… |