
Todo el mundo sabe que el máximo goleador de la Liga Española gana un premio, una distinción, conocida como "el Pichichi".
La prensa internacional se contenta en repetir dicha palabra, rara vez explicando sus orígenes. Por cultura futbolera se hace necesario precisar el origen de un mito en España, el Pichichi.
Rafael Moreno Aranzadi, fue un bilbaíno nacido en 1892, época en la cual el fútbol continuaba repandiéndose lentamente por toda Europa. A Rafael le picó la fiebre por el fútbol, y muy temprano decidió que jugar con gente mayor que él era la mejor manera de superarse. Sus rivales, viendo llegar a un chicuelo delgado lleno de ganas, lo apodaron "Pichichi" y así se quedó. Aranzadi se hizo profesional con el Athletic de Bilbao, coincidiendo con el auge del fútbol en España.
Pichichi fue un buen jugador, pero no fue un genio. Daba más de que hablar por sus romances y aventuras fuera del terreno de juego. Su carisma y sus comentadas gestas amorosas lo hicieron un icono de la ciudad. Muere en 1922, victima de una epidemia de tifus. Leyenda en San Mamés, se le erige un busto para la posteridad. Es costumbre que los equipos que visitan por primera vez la Catedral (así se le conoce al estadio del Bilbao) le dejen flores a Pichichi.
Posteriormente, Lucio del Alamo, director de Marca y fiel admirador del bilbaíno, establece unos premios para los mejores jugadores de la Liga. De aquellos galardones, solo han subsistido dos: el premio Zamora al mejor arquero y ... el Pichichi, al máximo goleador.
La prensa internacional se contenta en repetir dicha palabra, rara vez explicando sus orígenes. Por cultura futbolera se hace necesario precisar el origen de un mito en España, el Pichichi.
Rafael Moreno Aranzadi, fue un bilbaíno nacido en 1892, época en la cual el fútbol continuaba repandiéndose lentamente por toda Europa. A Rafael le picó la fiebre por el fútbol, y muy temprano decidió que jugar con gente mayor que él era la mejor manera de superarse. Sus rivales, viendo llegar a un chicuelo delgado lleno de ganas, lo apodaron "Pichichi" y así se quedó. Aranzadi se hizo profesional con el Athletic de Bilbao, coincidiendo con el auge del fútbol en España.
Pichichi fue un buen jugador, pero no fue un genio. Daba más de que hablar por sus romances y aventuras fuera del terreno de juego. Su carisma y sus comentadas gestas amorosas lo hicieron un icono de la ciudad. Muere en 1922, victima de una epidemia de tifus. Leyenda en San Mamés, se le erige un busto para la posteridad. Es costumbre que los equipos que visitan por primera vez la Catedral (así se le conoce al estadio del Bilbao) le dejen flores a Pichichi.
Posteriormente, Lucio del Alamo, director de Marca y fiel admirador del bilbaíno, establece unos premios para los mejores jugadores de la Liga. De aquellos galardones, solo han subsistido dos: el premio Zamora al mejor arquero y ... el Pichichi, al máximo goleador.