
Los partidos políticos ya no tienen legitimidad. Acuden entonces al uniforme de la Selección.
Políticos, de todos los bandos y extirpes, ideologias y filosofias, salen a manifestar con la "Tricolor". Sonrientes, posan frente a las cámaras de televisión. Mientras los entrevistan, argumentan su visión partidista y por ende, excluyente del pais, con esa, la “tricolor” que, irónicamente, en el cuello versa “Unidos por un País.”
Más adelante, se agarran a golpes dos grupos de manifestantes. Entre tanto odio que se profesan, lo único que tienen en común es esa camiseta de la selección, que en el proceso manchan de sangre e intolerancia. Un símbolo de “Unidad Nacional” que se convirtió en el uniforme para ir a manifestar y negar la diferencia, la pluralidad.
Lloran en silencio esos colores cuando los usan para alcanzar fines políticos. Cuando los destellos de los flash fotográficos no reflejan un gol sino un político sonriente con la “tricolor” ávido de atención.
Desconfíe de un político con la camiseta de la Selección. Pondere el mensaje facilista de “unión” que le quiere vender, cuando en realidad sólo la usa porque en un pais donde la política ya no tiene legitimidad, el uniforme de la selección se volvió ese disfraz para maquillar la realidad.
No use ese hermoso uniforme en una manifestación; salga de blanco. Sea respetuoso de ese uniforme, úselo cuando toque. En esa rara ocasión que juega la Selección y ahí si comulgamos todos como una sola nación.
Políticos, de todos los bandos y extirpes, ideologias y filosofias, salen a manifestar con la "Tricolor". Sonrientes, posan frente a las cámaras de televisión. Mientras los entrevistan, argumentan su visión partidista y por ende, excluyente del pais, con esa, la “tricolor” que, irónicamente, en el cuello versa “Unidos por un País.”
Más adelante, se agarran a golpes dos grupos de manifestantes. Entre tanto odio que se profesan, lo único que tienen en común es esa camiseta de la selección, que en el proceso manchan de sangre e intolerancia. Un símbolo de “Unidad Nacional” que se convirtió en el uniforme para ir a manifestar y negar la diferencia, la pluralidad.
Lloran en silencio esos colores cuando los usan para alcanzar fines políticos. Cuando los destellos de los flash fotográficos no reflejan un gol sino un político sonriente con la “tricolor” ávido de atención.
Desconfíe de un político con la camiseta de la Selección. Pondere el mensaje facilista de “unión” que le quiere vender, cuando en realidad sólo la usa porque en un pais donde la política ya no tiene legitimidad, el uniforme de la selección se volvió ese disfraz para maquillar la realidad.
No use ese hermoso uniforme en una manifestación; salga de blanco. Sea respetuoso de ese uniforme, úselo cuando toque. En esa rara ocasión que juega la Selección y ahí si comulgamos todos como una sola nación.