
Quizá la génesis de la demostración de fútbol que dio Holanda durante de la década de 1970 se encuentre en la gesta del Feyernoord de Róterdam en la Copa de Campeones de Europa de la temporada 1969/1970. No obstante, no sobra recordar que el Ajax había sido finalista en la edición anterior, convirtiéndose en el primer equipo holandés en alcanzar esa instancia, pero fue apabullado 4-1 por el Milan en la final.
De la mano del técnico austriaco, Ernst Happel, el Feyenoord había conseguido su pase a Europa tras ganar el doblete, liga y copa, de su país, superando al Ajax, subcampeón continental y que de la mano de Cruyff había dado de que hablar. El “equipo del pueblo”, como se le conoce a los de Róterdam, quedó emparejado en la primera fase con el KR Reykjavik, de Islandia. Fue una masacre: de visita los holandeses se despacharon anotando 12 goles, 12-2 terminó el encuentro; ya en Róterdam, Feyenoord se apiadó del débil conjunto islandés y sólo le anotó 4 goles, para un global de 16-2.
Los nombres de jugadores como Geels y Kindvall empezaron a escucharse en Europa, y no era para menos: entre los dos le anotaron 11 goles al Reykjavik. Pero la debilidad del rival hizo que nadie viera al Feyenoord como un potencial candidato al título; más aún cuando en la siguiente ronda tendría que enfrentar al Milan, vigente campeón del certamen. El partido de ida se debía jugar en el legendario San Siro; al minuto 9 el Feyenoord ya caía 1-0, se presagiaba una goleada por parte de los italianos, pero nada de eso sucedió; los holandeses se defendieron con valentía ante los incesantes ataques del ‘rossonero’. Fue una jornada épica para Eddy Pieters Graafland, inexpugnable portero del Feyenoord y para el capitán y líder de la defensa, Rinus Israel , quienes mantuvieron el marcador y dejaron la serie abierta.
La vuelta se disputó en el De Kuip (la bañera), como se le conoce al estadio del Feyenoord. Muy temprano, a los 6 minutos, Wim Jasen dejó a varios rivales en el camino para ingresar al área y con un disparo lleno de veneno que dio en el palo antes de incrustarse en la red puso el empate en la serie. Los papeles cambiaron: esta vez eran los holandeses los que se fueron lanza en ristre contra el arco italiano, y esta vez eran los milaneses quienes defendían con todo ante las embestidas de los de Róterdam. Hubo que esperar hasta el minuto 82 para que un cabezazo certero de Van Hanegem encontrara destino de gol y pusiera a celebrar a toda Róterdam. 2-0 y clasificación a los cuartos de final.
Para la ronda de los 8 mejores el Feyenoord enfrentó al Vorwärts (hoy llamado Frankfurter FC Viktoria) de la RDA (le puede interesar “El fútbol que se derrumbó con el Muro de Berlín” http://www.pinceladasdefutbol.com/el-fuacutetbol-que-se-der…), los holandeses partían como favoritos para el choque después de su exhibición ante el campeón. Y quizá el exceso de confianza les pasó factura en el partido de ida en el que cayeron por la mínima diferencia en suelo de Alemania Oriental. En la vuelta, Ove Kindvall y de Henk Wery anotaron los goles necesarios para darle el tiquete a semifinales al “equipo del pueblo”.
El penúltimo escollo antes del título fue el Legia Varsovia. Fue la serie más cómoda, excluyendo la de primera ronda; Un 0-0 en Polonia fue bien administrado en Róterdam con una victoria 2-0 que puso al equipo holandés en la final. El sueño estaba cada vez más cerca, pero el fantasma de lo que le había ocurrido al Ajax en la temporada pasada se paseaba impune por las calles de Róterdam.
La final se disputó en San Siro, donde el Feyenoord había sufrido, pero había salido con vida. El rival ya sabía que era ganar el torneo: Celtic había dado la sorpresa en la temporada 1966/1967, y con el mismo técnico, Jock Stein, y varios jugadores de aquel plantel campeón buscaba su segunda consagración. Ante 53187 personas se dio inicio a la final. Al minuto 30 Tommy Gemmel, héroe del título del 67, remató fuerte de derecha y abrió el marcador a favor del cuadro escocés. Pero Feyenoord no se amilanó, tan sólo dos minutos después y tras varios rebotes en el área el esférico cayó en la cabeza de Rinus Israel, quien remató fuerte venciendo a Williams y empatando el marcador. Con empate a un gol terminó la primera mitad.
Para el segundo tiempo ambos conjuntos salieron a buscar el gol del título, pero pese a contar con sendas opciones no pudieron deshacer el empate. Tuvieron que ir a la prórroga. Al minuto 117 tras un mal despeje de la defensa del Celtic el balón le quedó al goleador Ove Kindvall, quien con sutileza acomodó el balón por encima de la cabeza de Williams. 2-1, no hubo tiempo para más, el Feyenoord se quedó con el trofeo y se convirtió en el primer club Holandés en conquistar Europa; luego lo haría el Ajax con tres títulos consecutivos, pero fueron los de Róterdam los que abrieron esa senda.
Para completar la hazaña, el Feyenoord, conquistó la Copa Intercontinental, tras vencer a Estudiantes de la Plata. 2-2 acabó el juego en territorio argentino y 1-0 ganó el Feyenoord en su casa. La gloria ahora no era sólo continental, sino mundial. Nunca más pudo “el equipo del pueblo” llegar tan alto; ganó posteriormente dos Copas UEFA (hoy Europa League) y no ha vuelto a saborear el triunfo internacional; por eso aquel 6 de mayo de 1970 es un día que está grabado en la historia del Feyernoord y del fútbol holandés.
De la mano del técnico austriaco, Ernst Happel, el Feyenoord había conseguido su pase a Europa tras ganar el doblete, liga y copa, de su país, superando al Ajax, subcampeón continental y que de la mano de Cruyff había dado de que hablar. El “equipo del pueblo”, como se le conoce a los de Róterdam, quedó emparejado en la primera fase con el KR Reykjavik, de Islandia. Fue una masacre: de visita los holandeses se despacharon anotando 12 goles, 12-2 terminó el encuentro; ya en Róterdam, Feyenoord se apiadó del débil conjunto islandés y sólo le anotó 4 goles, para un global de 16-2.
Los nombres de jugadores como Geels y Kindvall empezaron a escucharse en Europa, y no era para menos: entre los dos le anotaron 11 goles al Reykjavik. Pero la debilidad del rival hizo que nadie viera al Feyenoord como un potencial candidato al título; más aún cuando en la siguiente ronda tendría que enfrentar al Milan, vigente campeón del certamen. El partido de ida se debía jugar en el legendario San Siro; al minuto 9 el Feyenoord ya caía 1-0, se presagiaba una goleada por parte de los italianos, pero nada de eso sucedió; los holandeses se defendieron con valentía ante los incesantes ataques del ‘rossonero’. Fue una jornada épica para Eddy Pieters Graafland, inexpugnable portero del Feyenoord y para el capitán y líder de la defensa, Rinus Israel , quienes mantuvieron el marcador y dejaron la serie abierta.
La vuelta se disputó en el De Kuip (la bañera), como se le conoce al estadio del Feyenoord. Muy temprano, a los 6 minutos, Wim Jasen dejó a varios rivales en el camino para ingresar al área y con un disparo lleno de veneno que dio en el palo antes de incrustarse en la red puso el empate en la serie. Los papeles cambiaron: esta vez eran los holandeses los que se fueron lanza en ristre contra el arco italiano, y esta vez eran los milaneses quienes defendían con todo ante las embestidas de los de Róterdam. Hubo que esperar hasta el minuto 82 para que un cabezazo certero de Van Hanegem encontrara destino de gol y pusiera a celebrar a toda Róterdam. 2-0 y clasificación a los cuartos de final.
Para la ronda de los 8 mejores el Feyenoord enfrentó al Vorwärts (hoy llamado Frankfurter FC Viktoria) de la RDA (le puede interesar “El fútbol que se derrumbó con el Muro de Berlín” http://www.pinceladasdefutbol.com/el-fuacutetbol-que-se-der…), los holandeses partían como favoritos para el choque después de su exhibición ante el campeón. Y quizá el exceso de confianza les pasó factura en el partido de ida en el que cayeron por la mínima diferencia en suelo de Alemania Oriental. En la vuelta, Ove Kindvall y de Henk Wery anotaron los goles necesarios para darle el tiquete a semifinales al “equipo del pueblo”.
El penúltimo escollo antes del título fue el Legia Varsovia. Fue la serie más cómoda, excluyendo la de primera ronda; Un 0-0 en Polonia fue bien administrado en Róterdam con una victoria 2-0 que puso al equipo holandés en la final. El sueño estaba cada vez más cerca, pero el fantasma de lo que le había ocurrido al Ajax en la temporada pasada se paseaba impune por las calles de Róterdam.
La final se disputó en San Siro, donde el Feyenoord había sufrido, pero había salido con vida. El rival ya sabía que era ganar el torneo: Celtic había dado la sorpresa en la temporada 1966/1967, y con el mismo técnico, Jock Stein, y varios jugadores de aquel plantel campeón buscaba su segunda consagración. Ante 53187 personas se dio inicio a la final. Al minuto 30 Tommy Gemmel, héroe del título del 67, remató fuerte de derecha y abrió el marcador a favor del cuadro escocés. Pero Feyenoord no se amilanó, tan sólo dos minutos después y tras varios rebotes en el área el esférico cayó en la cabeza de Rinus Israel, quien remató fuerte venciendo a Williams y empatando el marcador. Con empate a un gol terminó la primera mitad.
Para el segundo tiempo ambos conjuntos salieron a buscar el gol del título, pero pese a contar con sendas opciones no pudieron deshacer el empate. Tuvieron que ir a la prórroga. Al minuto 117 tras un mal despeje de la defensa del Celtic el balón le quedó al goleador Ove Kindvall, quien con sutileza acomodó el balón por encima de la cabeza de Williams. 2-1, no hubo tiempo para más, el Feyenoord se quedó con el trofeo y se convirtió en el primer club Holandés en conquistar Europa; luego lo haría el Ajax con tres títulos consecutivos, pero fueron los de Róterdam los que abrieron esa senda.
Para completar la hazaña, el Feyenoord, conquistó la Copa Intercontinental, tras vencer a Estudiantes de la Plata. 2-2 acabó el juego en territorio argentino y 1-0 ganó el Feyenoord en su casa. La gloria ahora no era sólo continental, sino mundial. Nunca más pudo “el equipo del pueblo” llegar tan alto; ganó posteriormente dos Copas UEFA (hoy Europa League) y no ha vuelto a saborear el triunfo internacional; por eso aquel 6 de mayo de 1970 es un día que está grabado en la historia del Feyernoord y del fútbol holandés.