Desde 1930 ha habido unicamente 8 campeones del mundo (Uruguay, Brasil, Argentina, Francia, España, Alemania, Italia e Inglaterra) que representan el 10% dominador sobre el total de 80 naciones que han participado en la máxima cita futbolera.
¿Sabe cual es la diferencia entre ellos y nosotros? La mentalidad.
Esas ocho (8) naciones duermen tranquilas. Saben que el resto de naciones manejan un complejo de inferioridad sicológico que, de entrada, las elimina. Por fuera de este selecto grupo de ocho naciones campeonas del mundo, nadie aspira a serlo. Repito: NADIE aspira a serlo. Nadie quiere ser campeón mundial.
¿No me cree? Hagamos el experimento.
Dos preguntas para usted:
- ¿Quién cree que va ser el campeón en Rusia 2018? (99% de probabilidades me va a decir una nación del grupo de los 8)
- ¿Hasta donde cree que llega Colombia? (99% de probabilidades que me dirá, que por mucho, la ve en cuartos)
Estas dos preguntas se las hacemos al resto de naciones del mundo y las respuestas serían similares.
Nadie quiere ser campeón el mundo porque dan por hecho que los campeones serán los de siempre.
¿Se da cuenta de la inmensa trampa sicológica?
Las 8 naciones campeonas del mundo ya saben que el título no sale de ellas.
Es ilusorio creer que este escrito le llegara a Pekerman y su cuerpo técnico, pero no está de más soñar. Si yo fuera ese sicólogo de la Selección, les diría algo muy simple.
Son siete (7) partidos. No es una liga de 38 juegos donde los más poderosos siempre ganan. Son siete (7) finales.
¿A qué va Colombia? ¿A aprender? ¿A cumplir su rol de llegar octavos y ya?
¿Y si nos creemos el cuento?
¿Y si visualizamos siete partidos donde, sin complejo, nos rebelamos contra el guión del grupo de los 8?
Esto va más allá de un discurso motivacional. Es un Mundial y todo puede pasar. Pero la invitación es a salirse del guión: cualquiera puede ser campeón del mundo. La cuestión es visualizarlo y creérselo.
No ser un actor de reparto para ver celebrar a los “8” de siempre.
¿Sabe cual es la diferencia entre ellos y nosotros? La mentalidad.
Esas ocho (8) naciones duermen tranquilas. Saben que el resto de naciones manejan un complejo de inferioridad sicológico que, de entrada, las elimina. Por fuera de este selecto grupo de ocho naciones campeonas del mundo, nadie aspira a serlo. Repito: NADIE aspira a serlo. Nadie quiere ser campeón mundial.
¿No me cree? Hagamos el experimento.
Dos preguntas para usted:
- ¿Quién cree que va ser el campeón en Rusia 2018? (99% de probabilidades me va a decir una nación del grupo de los 8)
- ¿Hasta donde cree que llega Colombia? (99% de probabilidades que me dirá, que por mucho, la ve en cuartos)
Estas dos preguntas se las hacemos al resto de naciones del mundo y las respuestas serían similares.
Nadie quiere ser campeón el mundo porque dan por hecho que los campeones serán los de siempre.
¿Se da cuenta de la inmensa trampa sicológica?
Las 8 naciones campeonas del mundo ya saben que el título no sale de ellas.
Es ilusorio creer que este escrito le llegara a Pekerman y su cuerpo técnico, pero no está de más soñar. Si yo fuera ese sicólogo de la Selección, les diría algo muy simple.
Son siete (7) partidos. No es una liga de 38 juegos donde los más poderosos siempre ganan. Son siete (7) finales.
¿A qué va Colombia? ¿A aprender? ¿A cumplir su rol de llegar octavos y ya?
¿Y si nos creemos el cuento?
¿Y si visualizamos siete partidos donde, sin complejo, nos rebelamos contra el guión del grupo de los 8?
Esto va más allá de un discurso motivacional. Es un Mundial y todo puede pasar. Pero la invitación es a salirse del guión: cualquiera puede ser campeón del mundo. La cuestión es visualizarlo y creérselo.
No ser un actor de reparto para ver celebrar a los “8” de siempre.