
“Está bien, juega al fútbol, pero si a los 15 años, no has jugado para la selección colegial inglesa, deberás dejarlo”, esas fueron las palabras que el padre del joven Stanley Matthews le diría a su pequeño hijo que allá por la década del 20 se declinaba por darle patadas a una pelota de calcetines en vez de practicar el boxeo, el deporte de su atlético progenitor.
Dicha prueba de valor no sería ningún problema para aquel chico nacido en Hanley, Inglaterra, inclusive solo un año después de jugar para el colegiado inglés, Stanley firmaría para el Stoke con tan solo 16 años.
¿Su posición en el campo? se puede afirmar que toda la banda derecha era suya, contaba con una facilidad para regatear rivales que solo George Best seria puesto luego a su nivel, en un país donde predominaba el pelotazo y el juego fuerte, este delgado pero ágil jugador marcaría una época gloriosa para el fútbol de su país.
A los 17 años ya era titular de su selección, donde escribiría sus mejores páginas, solo en el debut le marcaría un gol al combinado de Gales, se convertiría rápidamente en un atractivo futbolístico, pues sus condiciones no habían sido vistas jamás en otros jugadores, desarmaba las mas férreas defensas con solo un regate, siempre buscaba enfrentar a su rival y siempre lo dejaba en ridículo, el mago del regate sería su apodo para la eternidad del fútbol.
Pero lo increíble de su historia, fue su longevidad, aún con 41 años poseía ese atrevimiento que hacia trizas la banda derecha hasta desbordarla y tirar centros perfectos, inclusive contra la poderosa selección brasilera de Nilton Santos y Didí, Matthews en cuatro jugadas protagonizadas por él, produciría igual cantidad de goles, con los que Inglaterra firmaría un contundente 4-2 en el placar del mítico Wembley. Esta demostración le valió para ganar un premio que una revista francesa instauraría a partir de 1956, al que le denominaron “Balón de Oro”. Si, siendo todo un “cuarentón” este inglés superó a Don Alfredo Di Estefano en la votación del primer galardón de la historia, al mejor del futbol. Es como si ahora la FIFA otorgara dicho reconocimiento a Ryan Giggs o al “Pupi” Zanetti.
Se despidió como los más grandes y con los más grandes del fútbol en un partido amistoso entre una selección mundial y el Fulham, a sus 51 años Puskas y Yashin sacarían elevado en sus hombros a este “Sir”, que en más de 800 partidos jugados, no recibió ni una sola amonestación, dos estatuas a su haber dan testimonio actual de la grandeza de esta “viejera”.
Dicha prueba de valor no sería ningún problema para aquel chico nacido en Hanley, Inglaterra, inclusive solo un año después de jugar para el colegiado inglés, Stanley firmaría para el Stoke con tan solo 16 años.
¿Su posición en el campo? se puede afirmar que toda la banda derecha era suya, contaba con una facilidad para regatear rivales que solo George Best seria puesto luego a su nivel, en un país donde predominaba el pelotazo y el juego fuerte, este delgado pero ágil jugador marcaría una época gloriosa para el fútbol de su país.
A los 17 años ya era titular de su selección, donde escribiría sus mejores páginas, solo en el debut le marcaría un gol al combinado de Gales, se convertiría rápidamente en un atractivo futbolístico, pues sus condiciones no habían sido vistas jamás en otros jugadores, desarmaba las mas férreas defensas con solo un regate, siempre buscaba enfrentar a su rival y siempre lo dejaba en ridículo, el mago del regate sería su apodo para la eternidad del fútbol.
Pero lo increíble de su historia, fue su longevidad, aún con 41 años poseía ese atrevimiento que hacia trizas la banda derecha hasta desbordarla y tirar centros perfectos, inclusive contra la poderosa selección brasilera de Nilton Santos y Didí, Matthews en cuatro jugadas protagonizadas por él, produciría igual cantidad de goles, con los que Inglaterra firmaría un contundente 4-2 en el placar del mítico Wembley. Esta demostración le valió para ganar un premio que una revista francesa instauraría a partir de 1956, al que le denominaron “Balón de Oro”. Si, siendo todo un “cuarentón” este inglés superó a Don Alfredo Di Estefano en la votación del primer galardón de la historia, al mejor del futbol. Es como si ahora la FIFA otorgara dicho reconocimiento a Ryan Giggs o al “Pupi” Zanetti.
Se despidió como los más grandes y con los más grandes del fútbol en un partido amistoso entre una selección mundial y el Fulham, a sus 51 años Puskas y Yashin sacarían elevado en sus hombros a este “Sir”, que en más de 800 partidos jugados, no recibió ni una sola amonestación, dos estatuas a su haber dan testimonio actual de la grandeza de esta “viejera”.