Esto no es apología a la violencia. Lejos de ahí. Esto, es cultura futbolera. En serio. Conocimiento que le abrirá puertas cuando intente romper el hielo en algún pub de Inglaterra. Con ustedes, el artista de la agresión, el escultor de la lesión, Vinnie Jones.
Vinnie ostenta un record que define su delicada esencia. En 1990, fue amonestado tras apenas… 3 segundos de partido. Posteriormente, en 1994, cuando todos le tenían miedo (y con razón) a Eric Cantona, Vinnie le propinó al francés la barrida más grotesca y provocadora de la historia de la Premier League. Si observa el video, puede ver como Cantona ni le reclama; quedó pasmado. En 1987, le hizo a Gasgoigne la que Michel le hizo al Pibe. Vinnie Jones era recursivo.
Vincent, como registra su acta de nacimiento, era un poeta. Incomprendido, pero poeta a fin de cuentas. Su pincel eran sus barridas toscas a destiempo con los taches en alto; sus colores el tierno descaro con el que podía pegar un puño y aún así reclamarle al árbitro. Logró jugar por Inglaterra en 9 ocasiones y sus mejores años a nivel de clubes se los dio al Wimbledon.
Pero la historia de Vinnie apenas empezaba. En 1998 tuvo un rol de matón en la genial película “Lock, Stock and Two Smoking Barrels” de Guy Ritchie. La reconversión era ideal: de jugador de fútbol matón a actor en papeles de villano. En 2000 se consagró en “Snatch”, que dicho sea de paso, se la recomendamos. Desde entonces, tiene ya un recorrido historial de películas.
Si en Colombia nos preciamos de tenerlo a Gerardo (Bedoya), reiteramos que es indispensable para su cultura futbolera identificar al artista de la agresión, al escultor de la lesión, al cantante del dolor… Vinnie Jones.
Después de leer esto, usted y ese inglés en cualquier pub del mundo ya tienen al menos un tema de conversación.
Vinnie ostenta un record que define su delicada esencia. En 1990, fue amonestado tras apenas… 3 segundos de partido. Posteriormente, en 1994, cuando todos le tenían miedo (y con razón) a Eric Cantona, Vinnie le propinó al francés la barrida más grotesca y provocadora de la historia de la Premier League. Si observa el video, puede ver como Cantona ni le reclama; quedó pasmado. En 1987, le hizo a Gasgoigne la que Michel le hizo al Pibe. Vinnie Jones era recursivo.
Vincent, como registra su acta de nacimiento, era un poeta. Incomprendido, pero poeta a fin de cuentas. Su pincel eran sus barridas toscas a destiempo con los taches en alto; sus colores el tierno descaro con el que podía pegar un puño y aún así reclamarle al árbitro. Logró jugar por Inglaterra en 9 ocasiones y sus mejores años a nivel de clubes se los dio al Wimbledon.
Pero la historia de Vinnie apenas empezaba. En 1998 tuvo un rol de matón en la genial película “Lock, Stock and Two Smoking Barrels” de Guy Ritchie. La reconversión era ideal: de jugador de fútbol matón a actor en papeles de villano. En 2000 se consagró en “Snatch”, que dicho sea de paso, se la recomendamos. Desde entonces, tiene ya un recorrido historial de películas.
Si en Colombia nos preciamos de tenerlo a Gerardo (Bedoya), reiteramos que es indispensable para su cultura futbolera identificar al artista de la agresión, al escultor de la lesión, al cantante del dolor… Vinnie Jones.
Después de leer esto, usted y ese inglés en cualquier pub del mundo ya tienen al menos un tema de conversación.