
1909, Walter Tull tiene 21 años y debuta como profesional, vistiendo la camiseta del Tottenham Hotspur. Se convirtió en el segundo hombre negro en jugar fútbol profesional en Inglaterra, en todo caso para esos años el fútbol, todavía incipiente, era un deporte destinado a las élites y no estaba bien visto que un negro lo practicara, por lo que eran pocos los que llegaban a jugarlo de manera profesional.
Pero antes de llegar a la élite del fútbol inglés, Tull tuvo una vida difícil. A muy corta edad quedó huérfano de padre y madre y fue llevado de su natal Kent a un orfanato en Londres donde se crio junto a sus cinco hermanos. Fue seguramente en el patio de aquel orfanato donde Tull descubrió el fútbol y su talento para marcar goles.
Ya siendo mayor de edad, Tull se une al Clapton F.C, club aficionado londinense con el cual consigue varios títulos. Son sus buenas actuaciones las que hacen que los ‘Spurs’ se fijen en él. Dos temporadas jugó con el cuadro londinense. Pero actuó poco. Cada vez que saltaba a la cancha desde la tribuna bajaban toda clase de insultos, los rivales no se quedaban atrás y lo despreciaban de todas las formas imaginables por su color de piel. 2 goles y 10 partidos en dos temporadas fueron los números que dejó Tull en su paso por el Tottenham. Esos números encuentran una explicación en el hostil ambiente que tuvo que afrontar.
En 1911, Tull es fichado por el Northampton Town, por aquellos días club de primera división. Allí, lejos de los prejuicios de la capital, Tull conseguió regularidad. De 1911 a 1913 juega 111 partidos y anota 9 goles para su nuevo club. Tiene todo listo para emigrar al Ranger escocés en la temporada 1914, pero el inició de la I Guerra Mundial cambia sus planes; ya no se vestirá con el azul de Rangers, sino con el caqui del ejército británico.
En principio los negros tampoco son bienvenidos en el ejército, pero cuando la magnitud del conflicto envuelve en mantos de sangre a Europa, no queda más opción que aceptarlos. Ellos pelearán por una patria, sea cual fuere, que los desprecia y que ahora los reclama como hijos pródigos. Tull se enlista y su valor en el campo de batalla le hace ganar promociones que lo llevan hasta el grado de subteniente, esto pese a que el código militar de la época prohibía que un hombre negro alcanzara el rango de oficial.
Walter Tull se convirtió en el primer negro en alcanzar el rango de oficial en la historia del Reino Unido, una vez más, como cuando se decidió a jugar un deporte de blancos, rompió las barreras raciales de su época. Por su rango, Tull es puesto al frente de una compañía de 26 hombres. Esto no le gusta a los altos mandos del ejército estadounidense quienes en una comunicación a los británicos dicen: “Nosotros nos reusamos a poner hombres de color en las unidades blancas. Por los tanto deben ser puestos en las unidades de nativos…”.
En marzo de 1918, Tull es herido de muerte. Su cadáver no es recuperado. Tampoco se intenta recuperar. Sus esfuerzos en la Guerra no son reconocidos hasta muchos años después. Por aquellos días y siguiendo la recomendación norteamericana, se minimizan y esconden las hazañas de los “no blancos” en la guerra. Pero Tull tenía una ventaja: había jugado fútbol, por lo que a diferencia de otros negros, indígenas o gitanos que murieron en un conflicto que no era suyo, él era recordado por muchos.
Northhampton, el pueblo donde brilló jugando fútbol levantó un monumento para rendirle homenaje en 1999 y en los bares locales se puede tomar una cerveza que lleva su nombre. En 2004, como parte de la conmemoración de los 90 año del inicio de la I Guerra Mundial, el gobierno británico acuñó una moneda de 5 centavos con el rostro de Walter Tull, el hombre que se dedicó a romper barreras raciales.
Pero antes de llegar a la élite del fútbol inglés, Tull tuvo una vida difícil. A muy corta edad quedó huérfano de padre y madre y fue llevado de su natal Kent a un orfanato en Londres donde se crio junto a sus cinco hermanos. Fue seguramente en el patio de aquel orfanato donde Tull descubrió el fútbol y su talento para marcar goles.
Ya siendo mayor de edad, Tull se une al Clapton F.C, club aficionado londinense con el cual consigue varios títulos. Son sus buenas actuaciones las que hacen que los ‘Spurs’ se fijen en él. Dos temporadas jugó con el cuadro londinense. Pero actuó poco. Cada vez que saltaba a la cancha desde la tribuna bajaban toda clase de insultos, los rivales no se quedaban atrás y lo despreciaban de todas las formas imaginables por su color de piel. 2 goles y 10 partidos en dos temporadas fueron los números que dejó Tull en su paso por el Tottenham. Esos números encuentran una explicación en el hostil ambiente que tuvo que afrontar.
En 1911, Tull es fichado por el Northampton Town, por aquellos días club de primera división. Allí, lejos de los prejuicios de la capital, Tull conseguió regularidad. De 1911 a 1913 juega 111 partidos y anota 9 goles para su nuevo club. Tiene todo listo para emigrar al Ranger escocés en la temporada 1914, pero el inició de la I Guerra Mundial cambia sus planes; ya no se vestirá con el azul de Rangers, sino con el caqui del ejército británico.
En principio los negros tampoco son bienvenidos en el ejército, pero cuando la magnitud del conflicto envuelve en mantos de sangre a Europa, no queda más opción que aceptarlos. Ellos pelearán por una patria, sea cual fuere, que los desprecia y que ahora los reclama como hijos pródigos. Tull se enlista y su valor en el campo de batalla le hace ganar promociones que lo llevan hasta el grado de subteniente, esto pese a que el código militar de la época prohibía que un hombre negro alcanzara el rango de oficial.
Walter Tull se convirtió en el primer negro en alcanzar el rango de oficial en la historia del Reino Unido, una vez más, como cuando se decidió a jugar un deporte de blancos, rompió las barreras raciales de su época. Por su rango, Tull es puesto al frente de una compañía de 26 hombres. Esto no le gusta a los altos mandos del ejército estadounidense quienes en una comunicación a los británicos dicen: “Nosotros nos reusamos a poner hombres de color en las unidades blancas. Por los tanto deben ser puestos en las unidades de nativos…”.
En marzo de 1918, Tull es herido de muerte. Su cadáver no es recuperado. Tampoco se intenta recuperar. Sus esfuerzos en la Guerra no son reconocidos hasta muchos años después. Por aquellos días y siguiendo la recomendación norteamericana, se minimizan y esconden las hazañas de los “no blancos” en la guerra. Pero Tull tenía una ventaja: había jugado fútbol, por lo que a diferencia de otros negros, indígenas o gitanos que murieron en un conflicto que no era suyo, él era recordado por muchos.
Northhampton, el pueblo donde brilló jugando fútbol levantó un monumento para rendirle homenaje en 1999 y en los bares locales se puede tomar una cerveza que lleva su nombre. En 2004, como parte de la conmemoración de los 90 año del inicio de la I Guerra Mundial, el gobierno británico acuñó una moneda de 5 centavos con el rostro de Walter Tull, el hombre que se dedicó a romper barreras raciales.